Concurso de posicionamiento

Jesús Caldera y el autocultivo de cannabis

Respuesta de Jesús Caldera a un internauta en un encuentro digital de El Mundo (junio de 2001):

10. Sr. Caldera: ¿Para cuando una normativa realista y actual para el consumo y autocultivo del Cannabis?:

«Creo que hoy hay unos niveles de tolerancia social muy amplios en relación con el uso del cannabis. Es verdad que el Gobierno que tenemos, el del PP, no está a la altura de la sociedad española y es mucho más conservador que ésta; no es nada tolerante. Yo creo que hay que avanzar en el consumo y autocultivo siempre que ello sea regulado de forma, como Vd dice, realista y actual. Incluso hay Comunidades Autónomas que se plantean una política diferente en relación con el consumo de estos productos. El Gobierno, siempre por detrás.»

El gobierno socialista lleva varios años dando «por detrás» a consumidores y cultivadores. Y la tolerancia social, que ayer era algo positivo en contraste con la intransigencia de la derecha, es hoy una falsa percepción de una ciudadanía equivocada. Dígale algo a la ministra Salgado, sr. Caldera, que está haciendo que añoremos la política de drogas del Partido Popular.

Más en:
El programa de drogas del PSOE: Miedo y beligerancia
Lo que el PND decía hace tres años sobre el cannabis

Gracias a zulu (cannabis café) por el soplo

Fuente: FAC

En el blog de Luis Solana

Luis Solana ha escrito en Periodista Digital el artículo que reproducimos.
Interesante artículo sobre la despenalización de la marihuana.
Un porro para morir
Llevo un tiempo dando vueltas a los mensajes de aquellos que piden la despenalización de la marihuana. Me llama la atención que su mayor defensa es que ayuda a paliar dolores, trastornos o sufrimientos.

Vamos a ver, un porro ¿te hace más feliz o te ayuda al bien morir?

Para eso de morirme ya hablaremos en otro debate; para eso de ser más feliz quiero hablar ahora.

Eso de las drogas es tan difícil de concluir quién tiene razón que dudo de los liberales y de los prohibicionistas. Dudo de todos.

Pero tú y yo tenemos gentes que -mínimo- fuman porros. ¿Qué hacemos? ¿Qué decimos?

La solución de meter en la cárcel a intermediarios y a usuarios haría necesaria la construcción de edificios policiales más amplios que la inmobiliaria de Seseña. No es imposible, pero hay que tomar la decisión y contar con los recursos.

La permisividad total, tendría como consecuencia que el consumo de todo tipo de drogas daría lugar a problemas personales y sociales muy negativos.

La cuestión es cómo se logra prohibir lo peligroso y permitir lo asumible.

Muy difícil, ya lo se, pero entre la tolerancia cero y la aceptación total tiene que haber un término medio.

Algo tiene que ver con la educación; mucho con la edad; un poco con la economía; ciertamente que con la medicina; también con la política; muy complejo, pero no muy complicado.
Porque, como en todos los problemas sociales, la mejor solución es enfrentarse a ellos, dialogar y sacar consecuencias. Y decidir. Y mojarse.

No entiendo por qué se puede montar un número por aquello de la venta de hamburguesas XL y a continuación reunirse en un despacho con los responsables de Burger King, y no se puede tener una sesión de trabajo con analistas de la droga y cultivadores domésticos.

o peor que le puede pasar a un responsable de Sanidad es creerse que es responsable de Interior.

Cuando eso pasa, gana siempre Interior y queda coja la Sanidad.

Interior tiene que tratar de delitos, Sanidad tiene que analizar muy cuidadosamente qué es insano. Mezclar los dos territorios es una tentación muy fácil para los dos, pero es un desastre para la seguridad y para la salud.

Podemos tener miles de policías vigilando lo inútil y miles de médicos curando lo que nunca debió ser una enfermedad.

Sería una pérdida de tiempo social: la más seria de las pérdidas de tiempo.

Pero ya se que antes de morirme me dejarán fumar un porro.

(Por cierto, jamás he fumado un porro, ni he esnifado coca ni se qué hay que hacer con la heroína, pero miro y veo)

Cannabis y Cannabinoides

Lleva un tiempo en las librerías y centros especializados.

No queda nada por decir de los autores, grandes expertos en el uso del Cannabis de manera terapéutica. No dudeis en ampliar vuestra bibliografía.

Ediciones Castellarte.

Farmacología, toxicología y potencial terapéutico

Título original: Cannabis und Cannabinoide
Pharmakologie, Toxikologie und therapeutisches Potential
Traducción: Jesús Antonio Egea Laure

Franjo Grotenhermen,
médico, ha trabajado como internista, cirujano y generalista. Desde 1994 investiga los usos medicinales del cáñamo en el Instituto Nova. También es miembro del grupo de trabajo sobre calidad de vida de pacientes cancerosos en el Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Colonia.
Fundador y presidente de la Asociación Internacional por el Cannabis como Medicamento (IACM), el Dr. Grotenhermen es autor y coautor de un gran número de libros y artículos sobre el uso terapéutico, la farmacología y la toxicidad del cannabis y los cannabinoides.

Ethan Russo
es médico especialista en neurología pediátrica y de adultos del Montana Neurobehavioral Specialists. Ha dedicado su interesante vida al estudio de las plantas medicinales. Trabaja en el Departamento de Ciencias Farmacológicas de la Universidad de Washington, donde también es Catedrático en el Departamento de Medicina.
El Dr. Russo ha publicado numerosos artículos de revisiones sobre etnobotánica, medicina herbaria y cannabis, siendo un experto en el tema. También es autor del libro The Last Sorcerer: Echoes of the Rain-forest (Haworth, 2001). Es editor y creador del Journal of Cannabis Therapeutics, donde publica estudios sobre cannabinoides endógenos, vegetales y sintéticos.

Ricardo Navarrete Varo
es médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Trabaja en Atención Primaria en el Centro de Salud de San Andrés-Torcal del Servicio Andaluz de Salud, en Málaga.
Miembro de la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides y directivo de la IACM, ha publicado numerosos artículos divulgativos sobre usos terapéuticos y efectos adversos de la marihuana, y ha impartido gran número de charlas en distintas universidades españolas.

Prólogo de profesor Leslie Iversen:

En los últimos años se ha renovado el interés por las posibles aplicaciones terapéuticas del cannabis (Cannabis sativa L.), generándose entre los votantes de varios estados norteamericanos un movimiento de sólido apoyo a la reintroducción del cannabis medicinal en el sistema legal. Los sondeos de opinión pública realizados en muchos países europeos indican que existe una tendencia popular igualmente fuerte en este sentido. Las revisiones bibliográficas realizadas por expertos a ambos lados del Atlántico durante estos años han propiciado que este movimiento cuente con poderosas razones, animando a profundizar aún más en la investigación médica y científica.(1,2,3) El presente volumen es, por tanto, muy oportuno al ofrecer un análisis exhaustivo realizado por expertos en estas materias, desde la botánica de la planta del cannabis y la compleja química de los cannabinoides que contiene, hasta los posibles riesgos y efectos secundarios que implica su uso.
Las medicinas basadas en el cannabis se han utilizado durante miles de años en Asia y fueron populares durante cien años en la medicina occidental, tras su introducción a mediados del siglo XIX. Cayeron en desuso, en gran medida, a causa de las dificultades que encontraban los médicos para obtener resultados constantes, ya que las muestras de material se obtenían a partir de plantas de distinta potencia. En consecuencia, los pacientes podían recibir tratamientos a dosis ineficaces o, por el contrario, sufrir los efectos enajenadores no deseados de una sobredosis que podía durar muchas horas. Las técnicas modernas de reproducción y cultivo pueden, sin duda, resolver el problema del control de calidad en el uso del cannabis herbario como medicamento, pero sigue suponiendo un desafío el hecho de establecer una frontera real entre los beneficios pretendidos y los efectos psíquicos generalmente no deseados.
Muchos científicos sostienen que los medicamentos modernos deberían ser sustancias químicas simples en la medida de lo posible, en vez de complejas mezclas de componentes de plantas. Los defensores del cannabis en su forma vegetal sostienen que el material de la planta posee ventajas sobre el cannabinoide puro Delta9-THC, pero este argumento se complica debido al hecho de que la marihuana generalmente se fuma, mientras el THC se ingiere. Se sabe que esta última forma de administración hace que esta sustancia actúe de manera lenta e impredecible, mientras la vía inhalada es un modo muy eficaz de distribuir el medicamento rápidamente por el cuerpo, lo que permite una flexible y fácil autodosificación. Fumar, no obstante, conlleva peligros médicos. A corto plazo los efectos irritantes del humo del cannabis pueden provocar bronquitis, y a largo plazo existe un peligro mucho peor, que es el posible aumento del riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, vías respiratorias y boca. Aunque este punto de momento no se puede determinar con exactitud, en mi opinión es un riesgo potencial. Es necesario que se desarrollen urgentemente mejores métodos para la administración tanto de cannabis en su forma vegetal como de THC puro. Aunque hay quien afirma que estas sustancias ejercen efectos negativos a largo plazo sobre el embarazo, el sistema inmunológico, la fertilidad y el nivel cognitivo, el peso de las pruebas existentes sugiere que tales efectos son con diferencia menos graves de lo que se pensaba en un principio.
La pasada década ha sido escenario de decisivos avances en nuestra comprensión científica del comportamiento del THC y demás cannabinoides sobre el sistema nervioso central. El descubrimiento de que el cerebro y otros órganos contienen receptores específicos de tipo proteínico que reconocen la droga y activan una respuesta celular, es similar al descubrimiento treinta años atrás de receptores opiáceos en el cerebro a los que se acoplan la morfina y otros análogos opioides. El conocimiento de receptores cannabinoides específicos, como ocurriera con los opiáceos, provocó la búsqueda de supuestas sustancias químicas naturales que interactuaran con ellos. Esto llevó al descubrimiento de la anandamida como el primero de los cannabinoides endógenos naturales, que aunque pertenece a un grupo químico totalmente distinto al del THC, se acopla a los mismos receptores. Esto ofrece un enfoque absolutamente nuevo de la farmacología del cannabis. En lugar del objetivo inicial de estudiar una planta psicotrópica, ahora nos encontramos ante la oportunidad de estudiar un sistema de control fisiológico en el cuerpo completamente nuevo. Los experimentos con sustancias químicas sintéticas semejantes a la anandamida podrían ser una forma de mejorar las medicinas basadas en el cannabis. Los hallazgos se han producido a un ritmo tan rápido en los últimos años que tampoco sería irracional anticipar que todavía se pueden descubrir nuevos receptores cannabinoides y endocannabinoides. Esto podría llevarnos a nuevas posibilidades terapéuticas, con el posible empleo de cannabinoides que, sin acoplarse a ninguno de sus receptores conocidos, posean importantes efectos.
Estos y muchos otros temas son tratados en el presente volumen de una forma admirable. Hay que felicitar a los autores de la edición por haber creado un tratado tan bien equilibrado, escrito por expertos en sus respectivos campos. Es un libro que supondrá una valiosa fuente de información para aquellos que estén interesados en este tema, y que ayudará a poner al día el debate.
Oxford, abril de 2000

– Leslie Iversen

Referencias:
1) British Medical Association. Therapeutic uses of cannabis. Amsterdam: Harwood Academic Publishers, 1997.
2) Joy JE, Watson SJ, Benson JA, eds. Marijuana and medicine: Assessing the science base. Institute of Medicine. Washington DC: National Academy Press, 1999.
3) House of Lords Select Committee on Science and Technology. Cannabis. The scientific and medical evidence. London: The Stationery Office, 1998.

El profesor Leslie Iversen formó parte del comité científico que realizó un informe sobre el cannabis en 1998 a instancia de la Cámara de los Lores del Reino Unido.(3)

"Pude quitarme de la droga de la noche a la mañana"

Joaquín Sabina en Argentina

Cultor de los excesos en la vida y en su obra de más de dos décadas, Joaquín Sabina aseguró que «pude quitarme de la droga de la noche a la mañana».

«Siempre discuto con Diego (Maradona) porque él está asustado y dice que el drogadicto lo es siempre y yo digo que no. He podido quitarme y desde hace seis años y hasta hoy no volví a ella aunque no diré que no he tenido cierta nostalgia», relató.

Para lograr despegarse de esa adicción, el trovador destacó que «no me interné y no he hecho nada raro porque detesto profundamente a los psiquiatras. Creo que uno lo puede hacer perfectamente solo y sin transformarse en una monja fundamentalista, pero la nariz es sólo para respirar».

En ese mismo tono intimista y polémico, comentó que «hay médicos amigos que me dicen que hago más daño ahora que antes con mis mensajes porque digo que uno se puede quitar ‘facilísimamente’ de la droga y ellos me piden que lo cuente más feo y más duro, pero yo me quité de la noche a la mañana y no sueño con ella».

«Pero -advirtió- no por eso me voy a convertir en un tipo que juega partidos contra la droga porque a mí me fue bien durante unos cuantos años».

Aunque su relación con la cocaína no tuvo parentesco con la lesión cerebral que lo tuvo al borde la muerte -«yo la había dejado antes, después de 15 días sin dormir camino a Marrakesh, cuando me vi muy atropellado, muy incapaz de pensar con un cierto orden», repasó- dijo que ese cuadro médico agudizó la toma de conciencia.

«Si quería vivir debía levantar un poco el pie del acelerador y entonces decidí que quedaban cosas disfrutables en la vida, entre ellas, la cancha de Boca», redondeó.

Fuente: Télam.

La rebelión de autores como Arniches dio origen a la SGAE

La entidad que gestionará el Campos preserva los derechos de más de 70.000 creadores

Curiosidades de la vida, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y el Campos echaron a andar prácticamente al mismo tiempo. Con un gran parecido al Arriaga, aunque de dimensiones más reducidas, el equipamiento de Bertendona alcanzó relevancia internacional por sus representaciones de zarzuela y ópera y fueron «afamados sus bailes de Carnaval, aunque el teatro «fue el arte que siempre primó en la bombonera», según Casado.

Para defender los derechos de los autores de las obras que se representaron en él y en el resto de teatros españoles nació, en 1899, la entidad conocida como SGAE, que protege los derechos de toda clase de artistas y empresarios del negocio de la cultura. Sin ánimo de lucro, surgió para acabar con los abusos de los intermediarios que, mediante contratos de exclusividad con las salas, ataban a los creadores con adelantos a cuenta de obras futuras.

Ante esta dominante situación, se rebelaron los escritores Sinesio Delgado, Carlos Arniches, los hermanos Álvarez Quintero, el libretista Federico Romero Saráchaga y el compositor Ruperto Chapí. Fundaron en el verano de 1899 la Sociedad de Autores. En 1941, se constituyó la SGAE (Sociedad General de Autores de España), que comenzó a gestionar todos los derechos de autor «sobre artes escénicas». Y, ya en 1995, se refunda la SGAE como Sociedad General de Autores y Editores.

Actualmente preserva los derechos de más de 70.000 autores y recauda una cifra superior a los 300 millones de euros. Presidida por Teddy Bautista, lucha especialmente contra el ‘top manta’ y en sus contundentes campañas de concienciación social ha exigido una significativa reducción de los impuestos que gravan los discos, del 16% al 4% de IVA.

Sin embargo, su actividad no está exenta de polémica tras conseguir cobrar un canon por la copia «para uso privado del copista» de una obra musical o audiovisual ya divulgada, lo que le valió un fuerte enfrentamiento con Google, que les acusó de «ladrones» en una campaña impulsada con el lema ‘Siempre ganamos algunos euros’.

La SGAE, que instalará su sede en el Campos, se ha asegurado la gestión de este teatro por un periodo de 30 años, prorrogable por otros diez años más. Durante este tiempo, su delegado en Euskadi pretende convertirlo en un centro de «agitación cultural». Sus destinos caminan definitivamente en paralelo.

El Correo Digital.

Análisis de sustancias recogidas entre Julio y Septiembre de 2006

En la web de Energy Control encontramos el último análisis de sustancias.

Debemos aclarar que las pastillas de éxtasis que se envián al laboratorio son muestras dudosas o alertas confirmadas. Es decir, los resultados no representan el contenido de las pastillas de éxtasis en general sino de aquellas que en el testado con marquis han dado muestras de estar adulteradas.

Se incluyen, además, algunas muestras de cristal (con purezas superiores al 70% en todos los casos) y de algunas sustancias más.

Ver el archivo.

Analisis cannabico del informe 2006 del OEDT

El Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (OEDT) acaba de publicar su informe anual, pero la inmensa mayoría de los medios de comunicación parecen haberse limitado a consultar el resumen, dado que todos ellos han destacado en titulares el gran descenso en el precio de las drogas ilegales y poco más. Ni siquiera este dato ha suscitado la menor reflexión entre nuestros periodistas sobre la eficacia de la prohibición, así que tendremos que ser nosotros quienes llamemos la atención sobre algunos aspectos del informe (todos ellos relativos al cannabis) que nos han parecido relevantes.

EE UU frente a Europa

«Cabe señalar que, en la encuesta nacional sobre consumo de drogas y salud realizada en los Estados Unidos en 2004, el 40,2 % de los adultos encuestados (a partir de 12 años) afirmó haber consumido esta sustancia a lo largo de la vida, lo que contrasta con el porcentaje de aproximadamente el 20 % en la UE. Este porcentaje supera incluso el porcentaje de los países europeos con las mayores tasas de consumo a lo largo de la vida (el 31,3 % en Dinamarca y el 29,7 % en el Reino Unido), aunque las diferencias en cuanto a las estimaciones de consumo en el último año son menos marcadas: en los Estados Unidos esta cifra corresponde al 10,6 %, mientras que el porcentaje europeo alcanza el 7 %, y varios países europeos han registrado cifras similares a las de los Estados Unidos.»

Se mire por donde se mire, el país que marca la pauta en cuanto a políticas de drogas a nivel mundial demuestra que la represión no es la mejor respuesta para hacer que baje el consumo. Dejando de lado que el uso experimental en EE UU dobla la media europea, el dato de que el consumo esporádico es allí un 50 por ciento superior al europeo es una clara prueba de que detener a casi 800.000 usuarios cada año no lleva a ninguna parte y hace más mal que bien. Cuanto más se aleje Europa del modelo estadounidense, mejor nos irá.

Cannabis: ¿droga de jóvenes?

«Si bien el consumo de cannabis se concentra principalmente entre los jóvenes, España y el Reino Unido han aportado datos que apuntan a que el consumo de droga podría prolongarse hasta edades comprendidas entre los 30 y los 50 años. Esto podría comportar un importante cambio a largo plazo en las pautas de consumo de cannabis que merece ser considerado con mayor detenimiento.»

La protección de la infancia y la juventud no ha sido nunca un buen argumento para prohibir el cannabis a los mayores de edad, sino un pretexto particularmente absurdo. Cada vez son más los adultos, perfectamente integrados socialmente, que continúan usando hachís y marihuana al llegar a la madurez. No hay una sola razón para extender la prohibición del cannabis a los mayores de edad en una democracia.

Pocas solicitudes de tratamiento en consumidores intensivos

«El OEDT estima que en la UE existen alrededor de 3 millones de consumidores intensivos de cannabis (consumo diario o casi diario). Aunque se desconoce cuántos de estos consumidores solicitan tratamiento, el número de solicitudes de tratamiento asociadas con el consumo de cannabis es ínfimo en relación con esta cifra.»

19 países ofrecieron una cifra total de 57.000 solicitudes de tratamiento con el cannabis como droga principal, cifra que, como veremos en el siguiente punto, está fuertemente distorsionada por los tratamientos obligatorios. No es de extrañar que el OEDT trate de «ínfimo» este número de solicitudes (inferior al 5 por ciento) en contraste con los tres millones de usuarios intensivos de cannabis. Por otra parte, las demandas de tratamiento se dividen por igual entre usuarios esporádicos, frecuentes e intensivos, algo realmente insólito:«En general, los pacientes consumidores de cannabis se pueden dividir en tres grupos: aquellos que lo consumen de forma ocasional (34 %), los que lo consumen una o varias veces por semana (32 %) y los que lo consumen diariamente (34 %).

Distorsiones en los motivos para solicitar tratamiento

«Con frecuencia, los «cursos de formación» específicos sobre el cannabis se basan en el hecho de que el consumo o la posesión de cannabis son ilegales y los participantes son derivados por el sistema de justicia penal. La motivación a participar en dichos cursos se debe en gran medida a que la asistencia es parte obligatoria de la sentencia judicial. No obstante, estos métodos permiten establecer contacto con al menos una parte del grupo en riesgo.»

Recientemente se publicaba que 2.600 jóvenes valencianos, el 88 por ciento por cannabis, habían sustituido una multa por posesión o consumo por la asistencia a cursillos ‘informativos’ sobre drogas. Estos programas basados en la coacción sirven para engordar artificialmente las estadísticas de adictos al cannabis, lo que, a su vez, alimenta nuevos esfuerzos represivos. Se trata de un círculo vicioso que habría que cortar, sin olvidar que, como todo el mundo sabe, los tratamientos basados en la coacción no han funcionado jamás.

Programas específicos para el abuso de cannabis

«En Alemania, Francia y los Países Bajos existe un nutrido número de centros específicos de asesoramiento en materia de drogas. Desde enero de 2005, se han abierto en Francia más de 250 clínicas de «asesoramiento en materia de cannabis». Dirigidos a adolescentes que estén pasando por dificultades a raíz del consumo de cannabis u otras drogas, así como a sus familiares, estos centros respetan el anonimato, son gratuitos y están abiertos a todo el mundo. Se encuentran ubicados en las principales ciudades francesas para facilitar el acceso.»

La ausencia de programas específicos para el tratamiento de los problemas derivados del abuso de cannabis es una de las mayores carencias de la red asistencial española. Sería deseable que nuestras autoridades sanitarias imitaran a nuestros vecinos en este aspecto en lugar de buscar la inspiración exterior sólo para lo malo. Las campañas de propaganda en las que se asocia el cannabis con la cocaína son un buen ejemplo de lo que no se debe hacer. Estos programas son sin duda más caros que la propaganda, pero alertar sobre supuestas amenazas sin poner medios para tratar a los afectados es como empezar la casa por el tejado.

Gracias a DDAA y a la FAC