29/12/2015.
Martín Barriuso, presidente de la Asociación de cannabis Pannagh, dice que la sentencia en la que los acusan de haber cometido un delito contra la salud pública vulnera los derechos humanos.
Visto en EITB.
El Tribunal Supremo condena a cuatro miembros de Pannagh a penas de cárcel en una sentencia plagada de errores y contradicciones. Además de las condenas de cárcel, impone multas de 250.000 euros, a pesar de considerar probado que no hubo enriquecimiento.
Frente a la acusación de “ocultar sus verdaderos fines”, los miembros de Pannagh recuerdan que cuentan con varios precedentes judiciales favorables y que han acudido a diversas instituciones públicas. La sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha estimado parcialmente el recurso de la fiscalía contra la sentencia de la Audiencia de Bizkaia que absolvió a los miembros de Pannagh del delito de tráfico de drogas. Ahora, el Supremo los condena a penas de un año y ocho meses de cárcel y multas de 250.000 euros para el presidente y la secretaria, y de seis meses y un día en el caso de los dos socios que trabajaban en el envasado de la cosecha. El tesorero ha sido absuelto por una omisión de la Audiencia.
Para condenar a los otros cuatro acusados, los miembros del Supremo se basan en una argumentación plagada de errores y contradicciones flagrantes, y que además prescinde de datos fundamentales aportados a la causa y que son relevantes para la defensa. En opinión de Pannagh, se trata claramente de una sentencia política, destinada a desmantelar el movimiento asociativo cannábico, y basada en una visión totalmente distorsionada y desfasada de la realidad social del cannabis en el estado español. Se dice que los condenados actuaron “alentados por la infundada esperanza de que su actuación podría ser tolerada o confiando en que algunos órganos judiciales pudieran acoger la tesis que propugna la irrelevancia penal de estos hechos”, olvidando el hecho de que las actividades de Pannagh ya fueron consideradas penalmente irrelevantes por la Audiencia Provincial de Bizkaia en 2006 (Auto nº 218/06) y por la de Álava en 2012 (Auto nº 377/12), habiendo sido en ambos casos devuelta la marihuana incautada. Por tanto, los hoy condenados no tenían una “infundada esperanza”, sino la certeza, basada en antecedentes judiciales, de que su conducta no era delictiva.
También se dice que hubo “ocultación de los fines reales de la asociación” e “indiferencia” ante la posible ilegalidad. Se ignoran así las iniciativas de solicitud de amparo promovidas por Pannagh ante diversas instituciones, como el Ararteko o el Parlamento Vasco, que entre otras cosas dieron lugar a la creación de una ponencia parlamentaria en éste último, a pesar de que tanto estas iniciativas como los autos de las Audiencias Provinciales constan en las diligencias practicadas durante la fase de instrucción y en las alegaciones presentadas por la defensa en la fase de recurso.
La nueva sentencia se limita a reproducir casi literalmente las dictadas con anterioridad contra las asociaciones Ebers, de Bilbao, y Three Monkeys, de Barcelona. La copia es tan literal que se llega a incriminar a los condenados por cuestiones que se supone figuran en los estatutos de Pannagh, cuando en realidad se refieren a las otras asociaciones condenadas. Lo más llamativo es que los verdaderos fines de Pannagh se detallan en los antecedentes de la sentencia y se puede ver claramente que en absoluto coinciden con lo que se dice luego en los fundamentos.
Este tipo de errores se repiten en varios puntos más, con el resultado de que el relato de los hechos queda seriamente alterado. Al tratarse de un recurso de casación, la nueva sentencia debe basarse en una nueva valoración jurídica de los hechos que se consideraron probados en la sentencia recurrida, hechos que no pueden modificarse. Sin embargo, los cambios introducidos son numerosos, decisivos y, sobre todo, contrarios a Derecho, lo que vulnera el derecho a un proceso con las debidas garantías. Además, se han introducido nuevas pruebas sin que haya habido una vista donde las partes puedan contrastarlas. Se condena a los miembros de Pannagh en base a, entre otras cosas, lo que se supone que sabían o a sus supuestas intenciones, cuestión que no se planteó en el juicio, y sobre la que el Supremo no ha oído a los acusados antes de condenarles, como exige la ley.
Como ejemplo de esas contradicciones, la sentencia del Tribunal Supremo habla de “falta de control y de los demás elementos exigidos jurisprudencialmente para los supuestos de atipicidad del pretendido consumo compartido”, mientras que la sentencia de la Audiencia Provincial dice que se “evidencia un control de la entrega de las sustancias y de la persona a quien se realizaba la entrega”, y que hay “un efectivo control tanto de los socios a los que se entregan la sustancia estupefaciente como de que las sustancias entregadas a cada socio se correspondían con la previsión de consumo del socio participe, control totalmente innecesario en la hipótesis de que no se tratara de un cultivo compartido”.
Otra contradicción llamativa se refiere a que entre los hechos probados en la sentencia de la Audiencia (que, recordemos, el Supremo no puede alterar) se dice que “se estableció y se aceptó por los socios, la actividad de cultivo para consumo privado”, y que la sustancia producida “estaba destinada al consumo de dichos socios conforme a los fines y reglas de Asociación y el acuerdo de los socios”. Incluso la fiscalía, en su recurso, reconoce que “la Asociación Pannagh puso en funcionamiento un sistema de cultivo de cannabis”. Sin embargo, asombrosamente, la sentencia del Supremo afirma rotundamente que “un reducido núcleo de personas organiza, y dirige la estructura asociativa; disponen y preparan toda la intendencia, abastecimiento, distribución, control, cultivo,… y ponen tales estructuras al servicio de un grupo amplio e indiscriminado de usuarios”. Con esto se falta al exigido respeto a los hechos probados, que, como se ha visto, dicen lo contrario: Fue la asociación Pannagh, que no es un “grupo indiscriminado” sino una entidad legalmente constituida con miembros claramente identificados, quien decidió crear tales estructuras y contrató a los ahora condenados para que las llevaran a cabo en calidad de empleados.
Los condenados han anunciado su intención de presentar un incidente de nulidad ante el Supremo, previo al recurso de amparo ante el Constitucional, ya que consideran que, entre otras cosas, se ha vulnerado su derecho a la presunción de inocencia, a un proceso con las debidas garantías y a la proporcionalidad en las penas. También han anunciado su intención de recurrir al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo si fuese necesario. Los miembros de Pannagh van a convocar en los próximos días una rueda de prensa junto con representantes del movimiento asociativo cannábico para valorar la sentencia y anunciar las iniciativas que piensan llevar a cabo para denunciar este atropello.
La asociación Pannagh quiere denunciar que se haya castigado a varios trabajadores de la asociación por actividades que, como se demostró en el juicio y así consta en la sentencia revocada, fueron iniciativa y responsabilidad de todos los miembros de Pannagh, conforme a sus estatutos y mediante acuerdo asambleario. Se ha acusado a cinco socios de asociación ilícita para luego descartar esta acusación, pero al final el Supremo ha ordenado el decomiso del dinero de las cuentas de Pannagh como si la asociación hubiese sido una mera pantalla de los acusados para cometer delitos, cuando en los hechos probados se afirma lo contrario.
Finalmente, desde Pannagh animamos a seguir luchando por un cambio en las políticas de drogas que acabe con la injusta situación actual, y a seguir impulsando el esperanzador debate sobre la regulación del cannabis que se está produciendo en buena parte del mundo, al que Pannagh ha tratado de contribuir desde su fundación en 2003.
Bilbao, 28 de diciembre de 2015
Asociación de Personas Usuarias de Cannabis Pannagh
pannagh2015@gmail.com
Estos días estás viendo en la Videoteca de Cannabis y más que al acceder a la web aparece la imagen que os presentamos en la cabecera del artículo.
En el momento que se termine el proceso de actualización con todos los videos subidos más todas las novedades que se han ido incorporando se abrirá el sitio de nuevo. Es un proceso largo y tedioso, son más de 600 videos a recodificar, preparar el redireccionamiento de las url anteriores a las nuevas…
Habrá dos versiones de la web, una preparada para dispositivos móviles y la otra para la versión de escritorio.
Y aquí la versión móvil.
Una de las novedades es la sugerencia de videos, tal como se ve en la imagen, tan sencillo como añadir una url de un video.
Este es el aspecto que presentará la página de cada video.
No podemos dar fecha definitiva, esperemos sea un buen regalo de Año Nuevo para todos con tantas novedades y el añadido de nuevos videos a vuestra disposición..
Visto en Dinafem.
Cada vez son más los expertos que suman sus fuerzas para analizar las propiedades del cannabis y poner sobre la mesa todo su potencial. Sus investigaciones hacen frente a las habituales teorías conspiratorias que posicionan a la planta en un lugar en el que no merece estar. Son habladurías y muchas invenciones las que persiguen a la marihuana, contribuyendo al prohibicionismo y creando dudas entre los usuarios.
Hace algunos días, Kevin Hill, psiquiatra, experto en adicción del Hospital McLean de la Escuela de Medicina de Harvard y autor del libro ‘Marijuana: The Unbiased Truth about the World´s Most Popular Weed’, comenzó un hilo en Reddit con el que dejaba abierto el camino para que cualquiera le preguntara lo que quisiera saber sobre la planta. En respuesta encontró cientos de preguntas que demuestran las cuantiosas dudas que aún existen en este ámbito y la necesidad de que un experto las resuelva.
Con esa misma intención, Dinafem ha hablado con Josep Rovira Guardiola, director del área de Drogas de la Asociación Bienestar y Desarrollo. Rovira opina que el futuro del cannabis pasa por una reorientación de las políticas de muchos países y por una reducción en el número de consumidores sancionados.
Cree que progresivamente se irá aceptando la posesión para consumo personal y que diversos países impulsarán modelos de regulación hasta llegar a un punto en el que «las evidencias harán imposible volver al pasado». El experto español ha respondido a nuestras preguntas sobre los principales mitos que existen sobre la marihuana.
¿El consumo de marihuana causa fracaso escolar?
El profesional explica que, aunque existen muchos mitos, él resalta el que relaciona su consumo con el fracaso escolar. No lo hace porque le parezca el más peligroso, sino porque se repite constantemente. Dice que, aunque pueda haber alguna relación estadística entre consumo y fracaso, eso no significa que lo primero provoque lo segundo. De hecho, «el fracaso es predecible en población escolar mucho antes de que algunos de los chicos y chicas empiecen a fumar».
Por tanto, esa relación es igual de cierta que decir que quienes fracasan en los estudios van a consumir marihuana, cuando no es cierto. El fracaso escolar tiene múltiples causas y la relación entre este y la hierba nunca ha sido referenciada por autores de prestigio «ni tiene visibilidad en las memorias del Ministerio de Educación».
¿La legalización del cannabis aumenta el número de consumidores?
Otro de los grandes mitos es el de que su legalización atrae a más personas a consumir. Explica Rovira que, aunque tal vez exista un incremento de quienes experimentan con la hierba al inicio, nada hace afirmar que una mayor disponibilidad del producto conlleve a un aumento de su consumo. «Cada vez tenemos más evidencias que lo demuestran».
Pone de ejemplo la experiencia de Países Bajos, donde el acceso libre de adultos a la planta es posible desde hace décadas y «sus tasas de consumo no son las mayores de la Unión Europea, ni entre adultos ni entre adolescentes».
¿Es la planta una puerta de entrada a ciertas drogas?
Muchos, alentados en parte por los medios de comunicación, son los que piensan que consumir marihuana hace que, después, se acceda a ciertas drogas. Sin embargo, según este experto, quienes consumen cannabis no van mucho más allá a la hora de consumir otras sustancias. De hecho, afirma que «la teoría de la escalada es un mito sin ninguna base científica», puesto que no existe ningún proceso químico que haga tomar otras sustancias por consumir cannabis. Lo único que existe, dice, «es una probabilidad y solo una probabilidad de ello por contextos sociales» y por causa del mercado ilegal.
¿Provoca algún tipo de psicosis?
El experto explica que muchas veces hay quien establece una relación directa de causalidad entre consumir la planta y desarrollar psicosis. Si fuera cierto que genera problemas psiquiátricos, entonces, «con el aumento de consumo que tuvimos en los años 90 y principios del 2000 deberíamos haber tenido una proporcionalidad igual en el incremento de psicosis y no fue así».
Rovira dice que no es posible afirmar que quienes sufren esos problemas desarrollen psicosis tras consumir. Asegura que, en muchas ocasiones, esas personas ingieren cannabis como una manera de mitigar su malestar.
¿Es más adictiva que la heroína?
Por otro lado, suele afirmarse que la marihuana es más adictiva que drogas como la heroína. El experto asegura que esta cita es falsa, puesto que solo una proporción muy pequeña de quienes fuman hierba por el THC pueden generar algún tipo de adicción. En todo caso, es algo poco frecuente y que supone «una gran diferencia con respecto al consumo de alcohol o de cocaína».
Además, en relación al síndrome de abstinencia (los efectos que tienen lugar cuando alguien deja una sustancia psicoactiva), explica que existe cierta controversia, puesto que son signos poco objetivos y síntomas de tipo psicológico de intensidad moderada que podrían ser atribuibles a la personalidad del individuo.
¿La marihuana aumenta los delitos?
Más allá de esto, muchas veces se asocia el consumo de cannabis con el aumento de los delitos y mayor criminalidad. Rovira cree que esa concepción es una «soberana chorrada» y que solo se explica por el estigma y la criminalización que se ha generado en torno al consumidor, motivados por las políticas prohibicionistas «y absolutamente alejadas de seriedad, evidencia y buen criterio».
Tal vez con ayuda de la opinión de este tipo expertos sea más fácil eliminar poco a poco los prejuicios que aún acompañan al cannabis. Junto con las continuas investigaciones científicas sobre sus propiedades, serán de gran ayuda para seguir sumando puntos en la lucha contra el estigma que envuelve a esta planta.