Visto en El diario.es. Texto y Fotografía del diario.
La criminalización pública del consumo de drogas fue un proceso que se desarrolló en el siglo XX con la colaboración necesaria de los medios de comunicación. Así lo defiende Juan Carlos Usó Arnal (Nules, Castellón, 1959), licenciado en Geografía e Historia Contemporánea, doctor en Sociología y bibliotecario en el Ayuntamiento de Castellón de la Plana. Es autor de ‘Drogas y cultura de masas. España 1855-1995’, ‘Píldoras de realidad’ y ‘¿Nos matan con heroína? Sobre la intoxicación farmacológica como arma de Estado’.
Usó acaba de publicar ‘Drogas, neutralidad y presión mediática’, que se presentará en Santander el 7 de noviembre en la librería La Vorágine, donde hablará de una obra en la que analiza cómo cambió la percepción social y política del consumo de drogas y se pasó de la permisividad a la prohibición apenas en una década, jugando un papel clave en el proceso los medios de comunicación.
Podemos empezar con la cuestión de fondo: ¿Es usted partidario de la legalización de las drogas?
Más bien soy partidario de revocar la prohibición.
¿Cree que la sociedad lo asumiría en su mayor parte?
Sí, ¿por qué no? Aunque sería imprescindible contar con el concurso favorable de los medios de comunicación.
¿Cómo cree que ha de regularizarse este acceso?
Similar a la regularización que existe con respecto a otras drogas como el tabaco y el alcohol.
¿Considera que hay una relación entre legalización y aumento de consumo?
La historia nos demuestra que la relación es todavía mayor entre prohibición e incremento del consumo, en el sentido de que alimenta la fascinación por el fruto prohibido.
¿Qué papel han jugado los medios de comunicación en la imagen que tiene el acceso a estupefacientes?
Pues, en realidad, han sido los creadores del denominado problema de las drogas, es decir, los encargados de construir una percepción social negativa, alarmante y beligerante en torno a los psicofármacos.
¿Qué sentido tiene una criminalización para el poder público: ética, política, económica…?
Con su criminalización, las drogas, los consumidores, los traficantes y los inductores han desempeñado el papel del chivo expiatorio ideal para la consolidación de los poderes públicos, además de posibilitar la creación y desarrollo de un fabuloso negocio a escala planetaria.
¿Por qué la I Guerra Mundial fue el punto de inflexión en la actitud de los medios y las autoridades?
Porque es justo en ese momento, más exactamente entre 1914 y 1922, cuando la prensa empieza a construir el llamado problema de las drogas y empieza a extenderse la prohibición entre la comunidad internacional.
¿Fue igual en todas partes? ¿Cómo se desarrolló el caso español?
Más o menos igual… En principio, la política sobre drogas se inició como una iniciativa basada en el control o restricción, cuyo principal instrumento sería la receta médica obligatoria, para derivar en pocos años -en la década de los 30- en prohibición incondicional. Sus primeros objetivos fueron los médicos y los farmacéuticos, que eran quienes tenían su control y distribución. Con la prohibición el (des)control pasó a manos de la policía y la distribución a manos de criminales, y las víctimas empezaron a ser los propios consumidores.
Las drogas y el sexo siempre han estado relacionadas. Esto viene desde muchos años atrás y es que desde hace siglos se utilizan algunas estupefacientes para tener un mayor estímulo durante el acto sexual. Sustancias como los poppers, el cannabis u otras como el LSD han sido muy consumidas con el objetivo de tener mayores cotas de placer, o al menos tener la sensación de ello.
Una de las más utilizadas desde muchos años atrás son los poppers. Esta sustancia comenzó a utilizarse en los setenta y a día de hoy sigue a la orden del día sobre todo en el ámbito gay. Esta sustancia está elaborada a través de Amyl y Nitrato de Alquilo y se venden en botellas pequeñas, en forma de líquidos que producen un vapor que se puede inhalar. Esta pequeña botella se puede inhalar por lo general durante el sexo gay por la parte inferior o superior.
Entre sus ventajas a la hora de practicar el sexo, destaca que es un vasodilatador y por ello sirve como relajante de los músculos anales y vaginales. Para comprar poppers lo más fácil es acudir a un sex-shop aunque también se pueden comprar poppers online. Por lo que respecta a su legalidad, cabe destacar que en algunos países de Europa son totalmente legales y en otras zonas europeas, el uso y la posesión de poppers no es ilegal, pero la ley es compleja.
El cannabis también es otra de las sustancias estupefacientes altamente utilizadas a la hora de tener sexo. Y es que la Marihuana se utilizaba en India en rituales tántricos desde hace más de 3.000 años. Esta sustancia siempre ha estado de moda durante las relaciones íntimas porque es un potente afrodisiaco que incrementa el placer durante el sexo. Prolonga los orgasmos porque vuelve a las personas más sensibles y hace que centren más su atención en lo que están haciendo.
El LSD o MDMA es otra de las drogas que tiene una gran relación con el sexo. Esta sustancia, también llamada lisérgida y comúnmente conocida como ácido, es una droga psicodélica semisintética que se obtiene de la ergolina y de la familia de las triptaminas y que produce efectos psicológicos. Esta droga aporta una gran energía y fogosidad intensa que puede hacer que el acto sexual sea mejor o al menos que ambas personan se lo imagine.
Otra de las drogas que últimamente está de moda en las grandes ciudades es la Ketamina, una sustancia utilizada como anestesia para animales. Esta hace que la chica este mucho más relajada para afrontar el acto pero en los chicos puede tener un resultado muy negativo y no es otro que la imposibilidad de permanecer erectos ya que esta inhibe la capacidad de llevar la sangre al pene.
La cocaína es otra droga muy usada por los más jóvenes y que mantiene una relación con el sexo que no está demostrada que sea positiva. Esta sustancia aumenta la confianza a sus consumidores y le da la sensación de que estos tengan la sensación de vitalidad física y mental. Esta es un de las drogas con mayor protagonismo durante el acto sexual porque es de las más consumidas en discotecas durante la noche.
El sábado 7 de mayo de 2016 fue el día elegido para realizar la Marcha Mundial de la Marihuana MMM que desde hace 20 años viene organizando la AMEC tanto en solitario -la mayoría de los años- como en colaboración con la FAC y otros colectivos.
El día lluvioso, desde por la mañana, amenazaba la manifestación. Poco antes de las seis de la tarde dejó de llover, nos dio un respiro y pudimos «invadir» calles de Madrid como el paseo del Prado, un tramo de Alcalá y toda la Gran Vía hasta llegar a la Plaza de España donde se leyó el Manifiesto de la AMEC en la MMMM2016.
Globos verdes reivindicativos
La Marcha transcurrió bastante despacio, la música ambiente distorsionaba, la prensa, documentalistas… buscando a personas a las que realizar preguntas como las que le hicieron a Manuel Guzmán (en la foto), a portavoces de los convocantes, a usuarios de cannabis ya sea lúdico o medicinal.
Manuel Guzmán siendo entrevistado.
Cabecera MMM2016
Asociaciones, CSC’s y otros colectivos mostraban sus pancartas, camisetas… venidos desde distintas localidades a disfrutar de un día en el que poder reivindicar nuestros derechos.
CSC 420 y su pancarta
Después de varias paradas, alguna de ellas bastante larga en la que nos dio tiempo a tomarnos un café, continuamos camino, ya estamos ocupando todo el ancho de la Gran Vía, da gusto pasear por la calzada, saludar y charlar con amigos y conocidos.
Desde el autobús, se lanzaban camisetas, arengas, seguíamos escuchando música… seguimos marchando muy despacio.
Ocupando la Gran Vía
Hemos pasado la Plaza de Callao, nos acercamos a tomar otro refrigerio. un pequeño paseo por las calles aledañas, tomamos fuerzas para continuar nuestro camino, llegamos a la cola, está presente el servicio de limpieza, las fuerzas del orden público… de las personas que pasean unos sonríen, otros se quejan…
El servicio de limpieza finalizando la marcha
Llegando a Plaza de España. Accedemos a la plaza, nos ubicamos al lado del «lago», desde la AMEC leen el manifiesto que está disponible en su web.
Dejamos la calle despejada
Después de haber asistido a la mayoría de las marchas convocadas por la AMEC echo de menos un escenario desde el que poder leer el manifiesto, alguna actuación, batucadas… en fin una marcha más amena, una mayor difusión.
Por primera vez he notado que la manifestación ha salido a su hora o algo antes, a los 15 minutos ya estaba la cola en Cibeles.
Nota: En el autobús pudieron pasar este día personas con movilidad reducida. Gracias a la organización por este gran detalle.
Ausencia de uno, dejar de estar, no ser… no me hallo, me callo, no estoy, no soy… silencio, me diluyo, me atasco, me hundo… no veo, no oigo , no sé, no soy, no estoy… pruebas, me paro, no saboreo, no escucho … más pruebas, no soy quien era, no fluyo, no doy… pruebo, me hundo, me atasco, no floto, no huyo… exploro y no encuentro un camino de vuelta… da igual, no da, si da, que más da, si soy y si estoy… erase que se era, soy lo que era, sigo siendo quien era… floto, nado, no huyo, escucho, huelo, saboreo y fluyo… no me paro, camino, bailo, si sé, si soy y si estoy… claro que importa, si da, si que da, si soy quien era… exploro, olfateo, encuentro, hurgo, hallo y no callo… claro que da, si da, me exploro, me hallo y no callo… me levanto, sueno, caigo, ando, crujo, fallo y hallo… me muevo, limpio, hurgo, buceo, encuentro y salgo… como y hablo, hablo y abro, busco, hurgo y no callo… pica, escuece, duele y sale fuera, si soy quien era… erase que se era, si soy la misma que era… reparo, extirpo, curo, sana sana culito de rana repongo, sano, si no se cura hoy se curará mañana como, fumo, hablo, manifiesto, me hallo y no callo.
MANI•FIESTA•ACCIÓN, 7 de Mayo de 2016, Madrid.
Dejé de escribir cartas, a particulares me refiero, hace muchos años ahora sólo escribo cartas de reclamación o de queja, de reivindicación o de lucha, de impugnación o de aporte de documentación. En fin, papeles y más papeles, pura burocracia institucional.
El correo postal ha caído en desuso silenciosamente, sin hacer ruido, ya nadie escribe cartas como las de antes cuando se estaba lejos de las personas queridas y se esperaba ansioso sus respuestas que se releían mil veces… Ahora se mira al móvil y no a los ojos. Esto me hace pensar que al no mantener correo postal de puño y letra, actualmente no se sabe leer ni interpretar los textos. Se ha perdido el hábito de leer y de escribir, con calma, con alma…las personas leen pero no entienden lo que leen o lo corrigen a su antojo. Todo va demasiado rápido, ni siquiera las palabras se escriben completas, como si nos faltara el aire, el tiempo. Raudos y veloces los amantes escriben en sus móviles tkm, bss… ¿Qué coño significa eso para los amados?
En estos últimos años he sufrido cambios que se perciben en mi a primera vista, cambios me han obligado a abandonar muchas cosas para atender a mi salud, cambiar de rumbo y plantearme otras prioridades, inquietudes e intereses. He parado, madurado y aprendido, me he roto, me he reparado y he cambiado. He dejado de confiar pero no de comprender a los seres humanos, al menos a la gran mayoría… soy más selectiva, más antisocial y encuentro menos personas a las que me apetezca conocer mas allá de lo mínimo aceptable socialmente. Han sido dos tratamientos duros y sobre todo el segundo, me ha dañado y sacudido el soma y la psique. Me ha hecho recordar los malos tiempos de hace más de 20 años, cuando el dolor me lo provocaba la abstinencia de la heroína, cuando era toxicómana. Me ha hecho recordar el mono, los escalofríos, los dolores, el malestar diario, la pérdida de peso, los cambios de humor, la tristeza. Curiosa venganza poética la del tiempo porque ahora era la droga que tenía que sanar mi hígado dañado lo que me estaba enfermando. Los sudores, las nauseas, la falta de apetito, el insomnio, el frío constante, las siete pastillas diarias, hasta el hecho físico de tener que usar jeringuillas para pincharme el interferón ha supuesto para mi un verdadero calvario.
Me he enfurecido y endurecido, me he deprimido y llorado, he pensado en abandonar pero me he defendido, he peleado y he ganado, eso sí he terminado la batalla un poco más rota pero también más sabia y más sana. He sacado fuera muchos miedos, prejuicios y malos recuerdos que estaban aplastados por mis pies para que no me salpicarán ni a mi ni a los míos. Otros miedos, prejuicios y recuerdos guardados para la intimidad no los he sacado yo pero los han hecho públicos terceros del modo más descarnado, me los han sacado a la fuerza, a traición, sin miramientos, mostrándolos a otros como si se tratara de locos gigantes con los brazos amputados que corren alocadamente salpicando sangre a su paso, para mi son huéspedes acomodados, compañeros de viaje que conviven conmigo, discretos, sin ruidos…
Todo por mi libre elección de intentar sanarme y empezar el segundo tratamiento con sólo un 50% de posibilidades de éxito y utilizar únicamente los medicamentos o drogas legales de la farmacia hospitalaria para sanar mi hígado y aliviar los efectos secundarios de este tratamiento hospitalario sin recurrir a los medicamentos o drogas legales de la farmacia comunitaria que tanto malestar me causaron en el primer tratamiento sino utilizando una droga ilegal o medicamento llamado cannabis que se cultiva de manera alegal y se dispensa de un modo poco ortodoxo diría yo, lo cual encarece su valor si se utiliza como tratamiento coadyuvante y no sabes, no quieres o no puedes cultivar.
Si bien es cierto que ni la farmacia hospitalaria, ni el médico de familia, ni ninguno de los especialistas que me han tratado han considerado contraproducente mi decisión de utilizar exclusivamente el cannabis como paliativo al tratamiento tampoco han querido mojarse mucho más allá de preguntarme: “¿A ti te funciona? Pues ya está.” Curiosamente lo que si me he encontrado es con muchas dificultades para conseguir la marihuana, desde el camello que «te tanga» hasta los regalos terapéuticos que se han convertido en posteriores amenazas e intentos de chantaje, los vendedores de humo, las dificultades para acceder a un club si no te invita al menos un socio, encontrar profesionales médicos que te expliquen el modo adecuado de administración en tu caso o la variedad adecuada a tu patología o al malestar que pretendes aliviar y sobre todo, cierta oposición rancia al reconocerlo o fumar abiertamente entre mis familiares e iguales. Era y soy fumadora pero no era «fumeta» y continúa preocupándome más a día de hoy mi tabaquismo que el uso del cannabis.
Y no me quejo porque fui recomendada al mejor médico experto en el tema, el Dr. Fernando Caudevilla que tras una sola consulta médica sobre el uso del cannabis en mi caso, me tranquilizó y resolvió mis dudas. Me considero una privilegiada ya que disponía de los contactos y el dinero para pagar una consulta privada pero ya llevaba 1/3 del tratamiento y después de seguir todos los pasos requeridos para ser usuaria terapéutica de cannabis en el club al cual me asocié y donde se portaron genial conmigo (gracias chicos), me dirigí a la federación en Madrid para hablar con el médico de ésta, tras varios correos electrónicos, el envío de mis informes médicos y hacerme abrir una cuenta de Skype (que nunca he usado por cierto) he finalizado el tratamiento sin hablar con este médico. Hablé con él en persona en la Plaza de España al terminar la manifestación del año 2015 y os aseguro que no fue el mejor momento… era mi primera marcha de la marihuana y la disfrute con ganas.
Ya puestos en el tema de la “mani” que este año será el sábado 7 de mayo en Madrid, hacedme el favor de ir, id como os dé la gana, terapéuticos y/o lúdicos, mujeres y/u hombres, de aquí y/o de allá, pero id, no calléis, haced ruido, que se nos vea, igual que se nos ve todos los días por nuestros barrios, normalicemos pero no sigamos con el tema de los usuarios terapéuticos sin atender las individualidades y las necesidades en tiempo real de los pacientes porque el dolor no espera amigos, ni los tratamientos esperan y no es fácil entrar en el círculo cannabico, ni siquiera como terapéutico. Vamos a dejarnos de separaciones porque todos coincidimos en algo, somos personas usuarias de cannabis y lo usamos como nos place de modo individual o colectivo “…sin otro límite que la minoría de edad y el daño a terceros…” como bien dice Alejo Alberdi en Hipocondría cannábica “…sin olvidar que, después de décadas de estigmatización de todo consumidor de cannabis como como un enfermo necesitado de tratamiento, la obsesión fumeta por la salud no contribuiría en nada a la refutación de los estereotipos prohibicionistas, sino más bien a su confirmación.” Mi opinión es que si no se legaliza y sólo se regula, seguirá existiendo mercado negro, embaucadores y desconocimiento sobre la planta y sus verdaderos beneficios y posibilidades terapéuticas.
Las decisiones que he tomado me han hecho encontrarme, han hecho más soportable y llevadero el dolor en los duros momentos del tratamiento y con cada una de ellas he tenido que sincerarme conmigo, parar y buscarme de nuevo para saber quien soy y quien deseo ser ahora, en 2016. Y me declaro a favor de la legalización de las drogas quisiera que se legalizaran la tenencia, el cultivo, la producción, la distribución, la venta, el estudio y la dispensación del cannabis y de otro tipo de sustancias con probada utilidad lúdica o médica. Quiero que se termine esta farsa de guerra entre drogas legales e ilegales. Eso si, con cautela y con todas las medidas de educación, sociales, de control y sanitarias que se consideren oportunas por personas expertas en el tema. Como dice el anónimo: “De la piel pa’dentro mando yo, comienza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que pueda o no cruzar esa frontera. Soy un Estado soberano, y las lindes de mi piel, me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país.”
Piensa y luego ya verás si existes. Y si ves que existes, vuelve a pensar porque desde ese instante tu meta es luchar por sobrevivir y tu fin dejar de existir. Es más, me pregunto si se puede dejar de existir y seguir pensando… Y sí, se puede. Vamos, que esto de ser un “ser vivo” es un bucle infinito, una puta «batalla» cotidiana contra la vida que te ha tocado vivir y contra el puñetero cuerpo cada vez más repleto de «heridas de guerra» que se te rebela continuamente buscando alivio al dolor.
Nunca me han gustado las etiquetas pero desde que nacemos estamos etiquetados. Diría que incluso antes de nacer ya estamos etiquetados por país o lugar de nacimiento, por familias, por géneros, por razas, por religiones o creencias, por tendencias políticas e incluso por apariencia física. En el colegio ya empieza el etiquetado social: «zanahorio«, «cuatro-ojos», «empollón«, «chivato«, «chino«, «gordo«, «tonto» y así una larga lista que se convierte en un continuo que nos va colocando en la posición que tendremos de adultos como si fuéramos productos de supermercado, etiquetados y «colocaditos» bien en las estanterías correspondientes.
“Peleona” me han llamado, me llaman y me van a seguir llamando aunque yo me considero socialmente crítica y ajustada a derecho porque ante cada traba burocrática que entorpezca mi camino o el de los míos, voy a continuar peleando.
“Enferma” me llaman ahora, aunque yo prefiero considerarme combatiente y superviviente y debo reconocer que por primera vez en mi vida me he sentido y me siento mermada; esto no me ha ayudado en mis luchas cotidianas sobre todo porque me paraliza y, aunque me cuesta admitirlo, mi recuperación no está siendo tan rápida y satisfactoria como esperaba.
“Luchadora” me llamo porque eso es lo que he sido, soy y seguiré siendo aunque mis circunstancias estén cambiando y este cuerpo presente una nueva herida de guerra pero una «gran batalla ganada».
«Fumeta» me van a llamar ahora, aunque yo prefiero considerarme una paciente libre para elegir como tratar sus dolencias entre las drogas de la farmacia comunitaria con todos sus efectos secundarios legales y la yerba con todos sus efectos secundarios alegales.
Fotografía correspondiente al año 2015 en su recorrido por la Gran Vía.
Pese a que la mayoría de expertos partidarios de la necesidad de un cambio de paradigma en el enfoque de las actuales políticas de drogas coinciden en que UNGASS ha sido una gran oportunidad perdida, lo cierto es que ha sido la confirmación definitiva de la ruptura del consenso internacional frente a la prohibición. Esta sesión especial ha servido para que muchos se den cuenta de que no podemos seguir esperando soluciones globales de forma inmediata. Es tiempo de centrarse en los cambios locales para disponer cambios realmente globales.
La semana del 17 al 21 de abril de 2016 Nueva York fue el escenario de la Sesión Especial de la Asamblea General sobre el “Problema Mundial de las Drogas”, un encuentro adelantado a petición de varios estados latinoamericanos que debería servir para actualizar un régimen internacional de control de drogas que data, ni más ni menos, que de 1961.
Muchas eran las esperanzas puestas en este encuentro por parte de diferentes países y organizaciones de la sociedad civil, quienes desde hace ya años venían clamando una revisión de los objetivos marcados por la ONU como prioritarios en el citado “Problema Mundial de las Drogas”.
Se trataba ésta de la tercera UNGASS en la que se debería haber comprobado si los objetivos y metas propuestas en las dos anteriores (1990 y 1998) habían sido logradas y si las políticas consensuadas entonces habían sido efectivas. La respuesta, a grandes rasgos, parecía obvia. Los medios marcados, por ejemplo en 1998 tales como reducir la demanda de drogas, aumentar los controles, reforzar los mercados financieros para evitar el blanqueo, limitar el tráfico de armas u ofrecer medios de vida alternativas para los productores no habían conseguido el objetivo máximo de aquel encuentro que no era otro que el de conseguir un mundo libre de drogas en 10 años. Más aún, y como ya adelantó en un informe en 2008 la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el delito (UNODC), las medidas propuestas estaban creando “consecuencias negativas no planeadas”.Después de 10 años se dieron cuenta que el inmenso negocio de las drogas, en manos de grupos criminales había creado unas redes delictivas gigantescas, capaces de poner en jaque a gobiernos de países poderosos pero fácilmente corrompibles con dinero de las drogas. Se dieron cuenta de que, si bien conseguían erradicar cultivos y puntos de producción de forma sesgada, éstos no desaparecían, sino que simplemente se desplazaban a otros lugares. Se dieron cuenta de que poniendo tanto dinero en represión, poco o nada quedaba para la promoción de la salud de las personas usuarias de drogas, las cuales además estaban cada vez más estigmatizadas y marginadas.
Pese a que los indicadores dejan bien alas claras el fracaso de estas propuestas, la ONU sigue mirando para otro lado enfangada en su lentísimo y poco efectivo entramado institucional incapaz de moverse con la rapidez y agilidad necesarias en el momento actual.
La declaración política resultante de esta sesión fue aprobada en dos minutos el primer día del encuentro, ya que ya había sido discutida y negociada un mes antes en el Consejo de Estupefacientes (CND) en Viena. Esto nos ofrece pistas sobre el porqué de la imposición de una visión menos abierta al cambio, propia de los países del norte global. La CND tiene una participación muy limitada en la que más de 70 países del sur no tienen presencia alguna, esto es, un total de 53 países son los que toman las decisiones de aplicación universal. Asimismo, los representantes de los países participantes suelen ser generalmente representantes relacionados con instituciones fiscales o de carácter legal, lo que hace que la visión y el tratamiento de estos problemas se haga exclusivamente desde estos prismas, dejando de lado indicadores sociales o sanitarios.
Por otro lado cabe destacar que el proceso de redacción y negociación se convirtió en un proceso bastante opaco, fuertemente controlado por la Junta de la UNGASS, falto de transparencia y objeto de numerosas críticas por parte de los países y la sociedad civil que abogan por la reforma. De entre los países menos partidarios al cambio, hay un bloque tremendamente beligerante liderado por Rusia, China, Emiratos Árabes, Irán, y algunos países del sudeste asiático que siguen en su visión de la necesidad de perseguir las drogas y reprimir todo lo que tenga que ver con éstas. Precisamente fueron ellos los que bloquearon la posibilidad de que esta declaración pudiera hacer referencias a los costes de la prohibición y a la necesidad de una búsqueda de alternativas. Este grupo de países, entre los que muchos de ellos aplican aún la pena de muerte ante delitos relacionados con las drogas, impidieron que el texto incluyera referencias a las políticas de reducción de daños o a la necesidad de regular ciertos mercados de drogas.
Pese a que los avances han sido tímidos, podemos afirmar que esta sesión ha servido para romper definitivamente el consenso internacional frente a la prohibición. Ya hay un bloque enorme de países, entre los que se encuentran México, Canadá, Colombia, Uruguay, Bolivia o Suiza entre otros que abogan por superar de una vez por todas la dicotomía clásica de la política de reducción de la oferta y la demanda. Gracias en gran parte a ellos, la declaración incorpora ciertos guiños a la proporcionalidad de las penas y al respeto a los Derechos Humanos, así como la necesidad de que instituciones como la OMS comiencen a tener más presencia en la toma de decisiones, incorporando el prisma sanitario a la toma de decisiones. Pese a ello, esta declaración no logra explicar qué es lo que significa realmente eso del cumplimiento de los derechos humanos y tampoco incorpora las recomendaciones procedentes de los organismos competentes de las Naciones Unidas en materia de derecho a la salud o de derechos indígenas.
Con todo podemos extraer una conclusión clara. El gigante de la ONU se ha demostrado incapaz de comenzar un cambio supranacional, y la principal consecuencia es que los cambios efectivos sólo podrán venir desde lo local. A partir de ahora serán las ciudades, las regiones y los países las que deberán abordar los cambios necesarios para combatir los problemas relacionados con la producción, distribución y consumo de drogas. Ellos y sólo ellos deberán ser soberanos y valientes a la hora de afrontar estos cambios y adaptar sus leyes a esta nueva realidad. No podemos esperar más a que el cambio venga desde fuera, debemos impulsar desde lo local para conseguir cambios globales.
La libertad que transmiten los Shulguin se respiró bajo “El olor de la lluvia” el pasado 16 de febrero en la presentación del Pihkal y Tihkal en castellano, incluso la muñeca que colgaba de una viga se balanceaba interesada en lo que iban a contarnos los ponentes en esta librería acogedora, luminosa y con un amplio espacio al fondo para hablar y escuchar pero poco a poco se fueron llenando todas las sillas y se quedó pequeña para todos los interesados en estos libros que según continuaban entrando se iban colocando en colchonetas en el suelo delante de la mesa.
La presentación corrió a cargo de Enrique Galán que me sorprendió gratamente por su ritmo, su fluidez y su bonita voz, no le conocía y, buscando información sobre este psicoanalista interesado en aliviar el sufrimiento humano, he encontrado en la hemeroteca este artículo suyo publicado el 8 de octubre de 1984 Qué hacer con un heroinómano y que me parece de merecida lectura.
Pero volvamos a nuestros ponentes y a la parte trasera de esta libreria de La Latina, la primera intervención es la de María de Mar Adrián que nombró a todos los miembros del equipo y reconoció que ha sido un duro trabajo debido a la imposibilidad de reunirse físicamente pero que había merecido la pena por el resultado final y el aprendizaje.
Con las intervenciones de J. C. Ruiz Franco, Fernando Caudevilla y Alejo Alberdi me cuesta ser totalmente objetiva porque aunque hace poco tiempo que los conozco y sigo sus trabajos los adoro, los admiro y me gusta escucharles; es una verdadera lástima no poder volver a ver completas todas las intervenciones en el vídeo editado y publicado por Lamarinella Magazine en Youtube.
J.C. Ruiz Franco es filosofía de la vida, traducción de la mente, ajedrez, historia, drogas inteligentes, nutrición, trabajo constante y privacidad y nos ha facilitado conocer en castellano la historia personal, el trabajo y los libros de este gran químico y de esta eterna pareja sonriente.
El Dr.Fernando Caudevilla es medicina, atención primaria, rapidez, personas, experto en drogas de síntesis, trabajo duro, deepweb, el rigor científico, la continua búsqueda de información, la actualidad y el toque de cordura.
Alejo Alberdi es música, archivos, internet, historia del prohibicionismo, del antiprohibicionismo, derechos civiles, libertad de expresión y consumo responsable. Es una pena que no aparezca nada de su intervención.
Disfrute con las presentaciones de Manuel Guzmán y José Carlos Aguirre y ambos me impresionaron en persona, la verdad, a J. C. Ruiz Franco tampoco lo conocía en persona pero hemos mantenido interesantes aunque cortas conversaciones escritas.
Manuel Guzmán es biología, estudio de los cannabinoides, bioquímica, universidad, laboratorio y nos presentó a un Shulgin “hacedor” de llaves mágicas (moléculas o precursores) para abrir los candados de la conciencia (neuronas o receptores). El soma y la psique. Lo endógeno y lo exógeno.
José Carlos Aguirre es lo empírico y lo espiritual, filosofía y matemáticas, modernidad, renacentismo y nos hablo del trabajo de Shulguin como un estudio científico con un equipo pruridisciplinar. La ciencia y la consciencia.
En resumidas cuentas quedó patente la importancia y la repercusión del legado de este gran químico y su compañera de viaje y la imposibilidad de que los personajes, el lugar, la época y las circunstancias puedan volver a repetirse, así es que para los que aún no se hayan hecho con estas obras tan interesantes y recomendables, recordarles que aún tienen ejemplares disponibles para la venta en la Editorial Manuscritos.
Los lectores encontrarán en esta traducción una novela biográfica, con vida cotidiana, problemas laborales, reuniones de amigos, sentimientos, experimentos, trip reports documentados, apéndices y referencias químicas precisas, un todo que hace su lectura agradable, cercana y pausada con la posibilidad de marcar páginas, volver mil veces a repasar lo que uno haya encontrado interesante o buscar información como libro de consulta.
Tendrá lugar el martes 16 de Febrero, a las 19:00 horas, en la librería el Olor de la Lluvia, Calle de las Maldonadas, 6 (Metro La Latina/Tirso de Molina).
Con charlas de: Alejo Alberdi, Fernando Caudevilla, José Carlos Aguirre, Manuel Guzmán y J. C. Ruiz Franco.
Animamos a todos los interesados, residentes en Madrid y alrededores, a que acudan a esta interesante cita.
Nota: aún quedan ejemplares de la edición en castellano de PIHKAL y TIHKAL. Pueden adquirirse directamente en la página web de la Editorial Manuscritos.
Extra: Añadimos el video de la presentación de los libros en las Mini jornadas Ulises#17 en Barcelona en octubre de 2015.
El término «chemsex» define el uso de algunas drogas psicoactivas en contextos de tipo sexual, sobre todo en población homosexual masculina. El uso de algunas sustancias entre varones homosexuales constituye un fenómeno emergente sobre el que se discute en circuitos profesionales al menos desde 2012 pero que ha saltado a los medios de comunicación tras la publicación de un editorial en el British Medical Journal y el estreno de un documental.
Lo que define el «chemsex» de forma específica no son tanto las sustancias como la intención o el objetivo de su uso, es decir facilitar las relaciones sexuales, intensificar las sensaciones y/o prolongar su duración. Estudios recientes han identificado un grupo de sustancias y un patrón de consumo que son característicos, que se describen en los puntos siguientes.
2.- ¿Cuales son las drogas implicadas?
Consumir sustancias para incrementar el deseo, desinhibirse o facilitar las relaciones sexuales no es ninguna novedad. En este sentido elalcohol es, sin duda, la sustancia más asociada a este tipo de contextos. Pero en relación con el «chemsex» las tres sustancias que más se han asociado con el fenómeno son:
Metanfetamina: (tina, meta, en inglés crystal, meth, ice…).: . Es un estimulante que puede esnifarse, fumarse en pipa o papel de plata o inyectarse por vía intravenosa. Es activo a pequeñas dosis (en torno a 10-15 mg) y sus efectos duran entre 6-8 horas. Produce sensaciones de energía y euforia y disminución de la necesidad de comer o dormir. Por sus efectos estimulantes incrementa la frecuencia cardiaca y la tensión arterial y puede producir otros efectos adversos (mandibuleo, dificultad para orinar…). Puede producir dependencia psicológica de forma rápida. No debe confundirse con la MDMA (que también puede presentarse en forma cristalizada)
GBL/GHB: (G, bote, chorri… También conocido como éxtasis líquido aunque no guarda relación con la MDMA). Es un depresor del Sistema Nervioso Central con propiedades estimulantes o afrodisiacas en dosis medias-bajas. Se utiliza siempre por vía oral. El GBL es el precursor legal del GHB y se diferencia de éste último por su olor y sabor nauseabundo. Su principal problema es el riesgo de sobredosis (es difícil calcular la dosis a ojo si no se conoce la concentración del contenido con certeza). AQUÍ hay información más detallada sobre esta sustancia.
Mefedrona (4-Metilmetcatinona, Mefe): Es un estimulante sintético derivado de la catinona que puede esnifarse, utilizarse por vía oral o inyectarse. Los usuarios definen sus efectos a mitad de camino entre un estimulante clásico ( cocaína o anfetaminas) y el efectoentactógeno (buen rollo) de la MDMA. Al contrario que las anteriores es una nueva droga cuyo consumo empezó a detectarse a partir del 2008. Fue prohibida en 2010 y, posteriormente se han sintetizado análogos de legalidad y toxicidad indeterminada (4-MEC, 4-FMC…) que en ocasiones se venden como si fueran mefedrona.
Aunque la definición académica del Chemsex sólo hace referencia a estas tres sustancias, en la práctica también es frecuente el uso de otras como ketamina, MDMA, alcohol, cocaína, poppers… así como los fármacos para facilitar la erección (Viagra, Cialis…)
3.-¿Cuales son las motivaciones para su uso?
La motivación más evidente como con cualquier otra droga son los efectos placenteros, positivos o deseados: encontrarse más cómodo, tener menos inhibiciones, incrementar las sensaciones, buscar relaciones más intensas y/o prolongadas o la búsqueda de nuevas experiencias…
Algunas personas pueden utilizar estas sustancias para vencer sentimientos de vergüenza, complejos o problemas de tipo sexual, buscando reafimar su sexualidad, para tapar conflictos (asociados a la propia sexualidad, o al miedo al rechazo por infecciones como el VIH o la Hepatitis C…) . En estos casos la probabilidad de un uso problemático es mayor.
4.- ¿Es el «chemsex» un fenómeno exclusivo gay?
Existen pocos datos objetivos e investigaciones científicas al respecto. El fenómeno se ha detectado en población homosexual masculina de mediana edad, residente en grandes núcleos urbanos y que frecuentemente tiene experiencia previa con el uso recreativo de drogas en contextos de ocio. Es posible que la asociación entre este grupo y el chemsex sea específica y pueda explicarse por motivos de tipo sociológico.
Pero ni siquiera puede afirmarse que el «chemsex» sea un fenómeno «exclusivamente gay». En estos mismos entornos el uso recreativo de drogas o determinadas conductas y prácticas sexuales están más normalizados y tienen unmenor estigma social que en el resto de la población. Así, podría ser que, simplemente, sea un fenómeno más visible que en otros sectores de la población.
Las únicas encuestas específicas hasta el momento se refieren a población gay en Londres aunque hay datos indirectos que señalan que el fenómeno aparece también en otras muchas grandes ciudades de Europa.
5.- ¿Cual es la forma de consumo?
Como señalábamos en el punto anterior, la falta de estudios específicos obliga a ser prudente al describir el fenómeno. Es muy probable que exista una variabilidad muy alta. Algunas personas experimentarán con psicoactivos en contextos sexuales sólo de forma ocasional, otras los utilizarán de forma regular pero espaciando en el tiempo y utilizándolos de una forma sin consecuencias negativas de importancia. En otros casos la práctica del «chemsex» puede convertirse enhabitual y rutinaria, en cuyo caso el uso problemático es más probable.
Las sesiones de «chemsex» incluyen en ocasiones la práctica continuada de actividades sexuales durante muchas horas o incluso días, la búsqueda de multiples parejas sexuales a través de Internet y/o aplicaciones de movil(Grindr, Wapo, Scruff…) o el uso intravenoso de algunas drogas (metanfetamina o mefedrona). El enfoque sensacionalista de muchos medios de comunicación destaca estos elementos que, a nivel poblacional, sólo se presentan en una minoría dentro de una minoría de la sociedad.
6.- ¿Cuales pueden ser los riesgos de estas drogas?
Existen muchas formas distintas de vivir tanto la sexualidad como el uso de drogas y en principio todas son respetables mientras no afecten negativamente a otros. Utilizar drogas en contextos sexuales no es igual a tener problemas y los riesgos dependerán de factores relacionados con la persona, el patrón de consumo de la sustancia y el contexto. Muchas de las personas que utilizan dosis moderadas de drogas de uso recreativo de forma ocasional o esporádica y en contextos controlados no presentan consecuencias negativas de importancia derivadas de su consumo. Pero hay que tener en cuenta que las sustancias asociadas a las sesiones de «chemsex» tienen características que facilitan la aparición de problemas.
El potencial de adicción de drogas como el GBL/GHB o la metanfetamina es mayor al de otras sustancias. En usuarios habituales o diarios de GBL/GHB puede aparecer dependencia física con un síndrome de abstinencia, de características similares al del alcohol, al abandonar el consumo. La metanfetamina también tiene un elevado potencial dedependencia psicológica.
Los estimulantes como la metanfetamina y la mefedrona pueden ser tóxicos en sobredosis (problemas cardiovasculares o cerebrovasculares). Con el uso continuado, pueden aparecer problemas de ansiedad y, sobre todo, de tipo paranoide (creer que los demás hablan mal de uno, que le persiguen, se ríen de él, etc). Los bajones de ánimo en las 24-48 horas después del último consumo son frecuentes, con una intensidad que puede variar desde la tristeza leve hasta los síntomas de depresión graves con ideas de suicidio.
La mezcla de ciertas sustancias puede ser particularmente grave o peligrosa. Por ejemplo, el uso de poppers en combinación con fármacos para facilitar la erección puede dar lugar a problemas de hipotensión graves. Con respecto al GHB, su margen de seguridad es escaso y pequeños incrementos en la dosis facilitan la intoxicación, que es aún más frecuente en combinación con alcohol. Los efectos de una única dosis de metanfetamina pueden durar hasta ocho horas y tomar otros estimulantes durante ese tiempo (cocaína, mefedrona, speed…) incrementa las posibilidades de problemas.
Algunas de las drogas utilizadas en sesiones de Chemsex pueden emplearse por vía intravenosa (mefedrona, metanfetamina). La inyección de drogas es la vía de administración más peligrosa y la que puede generar mayores problemas físicos, mentales o de adicción. En el caso de compartir jeringuillas existe riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas.
7.- ¿Qué otros riesgos de tipo contextual hay que considerar?
Como señalábamos en el punto anterior, los riesgos no tienen sólo que ver con la farmacología de las sustancias y, en el caso del Chemsex, los factores de tipo contextual son particularmente importantes.
En un estado alterado de consciencia la capacidad de tomar decisiones puede verse alterada. Bajo la influencia de las drogas puede ser más sencillo aceptar mantener relaciones con personas que no sean del agrado de uno o realizar prácticas a las que no se estaría dispuesto en condiciones normales. En determinadas prácticas fetichistas o sadomasoquistas esto puede ser particularmente importante.
Algunas drogas pueden producir episodios de amnesia temporal. La falta de sueño facilita la aparición de episodios de “black-out”: la persona está consciente y actúa con normalidad pero después no es capaz de recordar nada sobre lo que estuvo haciendo durante un determinado periodo de tiempo. Ladisminución del nivel de consciencia que producen algunas sustancias (que va desde la somnolencia hasta el coma profundo) puede facilitar los abusos sexuales y sexo no consentido en determinadas circunstancias.
El Chemsex puede llegar a ser un problema grave que interfiera en su forma de vida. Para algunos individuos el sexo sin drogas deja de tener interés y sólo son capaces de relacionarse bajo el efecto de sustancias. Otras personas pueden tender a “perder el control” y practicar de forma compulsiva el uso de drogas y sexo, incluso a pesar de haber experimentado consecuencias negativas o problemas de salud.
8.- ¿Cual es la relación entre el chemsex y las infecciones de transmisión sexual?
El uso de drogas puede ser un factor que dificulte el uso del preservativo como protección frente a infecciones de transmisión sexual. Pero el “Chemsex” no tiene por qué implicar de forma obligatoria sexo no protegido. Los pocos estudios científicos disponibles sugieren que para algunas personas el uso de drogas lleva a asumir más riesgos en este sentido mientras que para otras no.
En el año 2013 el 51% de los nuevos diagnósticos de VIH en España se registraron en población homosexual masculina. Es probable que las nuevas estrategias de tratamiento, que incluyen el uso de fármacos antirretrovirales de forma preventiva en personas VIH negativas, contribuyan a mejorar este panorama.
La PEP (post-exposure prophylaxis) implica ofrecer medicación durante un tiempo limitado a personas VIH negativas después de haber tenido un contacto ocasional de alto riesgo. Sus indicaciones, eficacia y seguridad están ya establecidas y aceptadas por la comunidad científica.
La PrEP (pre-exposure prophylaxis) supone el uso continuado de fármacos antirretrovirales en personas VIH negativas expuestas a prácticas de riesgo de forma habitual. Existen ensayos clínicos con muy buenos resultados, aunque existen controversias sobre su uso de forma generalizada (posibilidad de aparición de virus resistentes, efectos adversos, sostenibilidad económica entre otros)
En la actualidad el preservativo sigue siendo la herramienta más eficaz para protegerse de infecciones de transmisión sexual. No se trata sólo del VIH, sino además de otras infecciones como herpes genital, sífilis, uretritis, hepatitis… Algunas personas utilizan siempre preservativos, otras sólo lo emplean con desconocidos y algunas buscan de forma intencionada el sexo sin protección. Las motivaciones de las personas para escoger distintos niveles de riesgo son muy variadas, y las decisiones individuales en este sentido deberían tomarse de forma libre, consciente, reflexiva y con los mejores datos científicos disponibles. Desde una perspectiva sanitaria y con el grado de conocimiento actual, la PEP o la PrEP deberían considerarse como complementarias al uso del preservativo y no como una alternativa.
9.- ¿Qué medidas de reducción de riesgos pueden adoptarse?
Como señalábamos, existen una serie de riesgos derivados de las características farmacológicas de las sustancias implicadas. Pero otros factores tienen que ver con el contexto y la actitud de la persona y, por tanto, se puede actuar sobre ellos para conseguir un uso más seguro que sea a la vez más placentero.
Mantener relaciones con personas a quienes se conoce previamente disminuye la posibilidad de tener problemas, sobre todo en determinadas prácticas que implican limitación física (bondage, ataduras, cuerdas, esposas…) o violencia física.
Es razonable tomar una serie de precauciones mínimas a la hora de citarse con un completo desconocido. No se trata de caer en la paranoia sino de aplicar medidas de sentido común, como evitar lugares poco seguros o aislados. Es recomendable obtener un mínimo de datos (por ejemplo, contactando a través de WhatsApp o SMS), lo que facilitaría identificar a una persona en caso de problemas.
Es importante pactar las condiciones sobre lo que se está dispuesto a hacer y lo que no, tanto en lo que tiene que ver con sustancias (tipo, vía de administración…) como en lo relativo a prácticas sexuales. Conocer cuáles son los límites de uno mismo y respetarlos.
Sí se practica sexo en grupo con penetración anal, la persona que ejerce de activo debería cambiar el preservativo en cada cambio de pareja. Los consoladores y dildos también deben recubrirse con un preservativo. Existen lubricantes con base de agua, silicona o aceite, que son más o menos adecuados para cada tipo de práctica.
Algunas drogas como la MDMA o la ketamina modifican las percepciones corporales de dolor, lo que puede facilitar lesiones en prácticas como el fisting o el uso de dildos de gran tamaño. Por el mismo motivo, el uso de anestésicos locales como la lidocaína o la cocaína aplicados directamente en el pene o el ano puede ser peligroso.
En el Chemsex, “menos es más”. Las sesiones muy largas facilitan la aparición de efectos adversos tanto físicos como psicológicos, así como bajones más intensos y duraderos. Combinar sexo y drogas de forma habitual puede llevar también a la dependencia psicológica o a no disfrutar del sexo sin sustancias.
Es fundamental conocer las características de cada sustancia: duración de los efectos, dosificacion, vía de administración, combinaciones potencialmente tóxicas … Si es posible, las sustancias deberían ser analizadas en un Servicio de Análisis de Drogas, lo que permite estimar purezas y descartar adulteraciones.
En el caso de utilizar la vía intravenosa de consumo, es imprescindible conocer bien las técnicas de intención y en ningún caso compartir jeringuillas con otras personas.
10.- ¿Dónde puedo encontrar más información o ayuda?
El Chemsex es un fenómeno relativamente nuevo, existen pocos recursos específicos y un desconocimiento generalizado por parte del personal sanitario. A estos problemas hay que añadir la tendencia de algunos profesionales en emitir juicios de valor o moralizar sobre aspectos que tienen que ver con el comportamiento sexual o el consumo de drogas.
En España, ONGs como EnergyControl, AiLaket o Hegoak como proporcionan información objetiva y realista sobre drogas, desde una perspectiva de reducción de riesgos, además de contar con Servicios de Análisis de Drogas. Otras webs dirigidas al público LGTB como navegaseguro omasmorbomenosriesgos abordan aspectos sobre salud sexual con un enfoque parecido. En inglés, la página de referencia es chemsexsupport.com
Si necesitas una asesoría personalizada sobre este tema, crees que necesitas más información o sientes que el uso de drogas en contextos sexuales te puede estar causando de algún tipo de problema podemos concertar una cita presencial o a través de videoconferencia para valorarlo.
Médico de Familia. Experto Universitario en Drogodependencias, Grupo de Intervención en Drogas de la semFYC. Energy Control.(ABD) www.doctorcaudevilla.com
Algunas reflexiones en torno al “chemsex”
Fernando Caudevilla (1,2), Claudio Vidal (2), Nuria Calzada (2)
Médico de Familia. Grupo de Intervención en Drogas de la sociedad española de medicina familiar y comunitaria (semFYC)
Psicólogo/a. Energy Control, Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD)
El rigor informativo, la objetividad o la prudencia son poco frecuentes en las noticias sobre las drogas que se difunden a través de los medios de comunicación. La exageración, la divulgación de noticias no contrastadas o la generalización de sucesos excepcionales centran bien la atención del espectador hasta la siguiente pausa publicitaria, pero también contribuyen a la creación de alarma social, además de transmitir prejuicios e imágenes sesgadas sobre la realidad.
Las “drogas caníbales” son el perfecto ejemplo de este tipo de situaciones. La leyenda se creó en Mayo de 2012 tras una agresión a mordiscos entre dos mendigos que se asoció a la ingesta de MDPV (metilendioxipirovalerona), suposición que posteriormente resultó ser falsa (1). Sin embargo las noticias sobre “ataques caníbales” asociados a MDPV se han multiplicado durante 2013 y 2014, siempre basadas en suposiciones, rumores e ilustradas con videos de Youtube en los que se muestra a pacientes agitados, cualquiera que sea la causa. No existe un solo caso reportado en la literatura científica mundial que asocie a la MDPV con “ataques caníbales” ni ningún dato para presuponer este extremo, más allá del hecho de que todos los estimulantes pueden inducir agresividad a dosis elevadas o en personas predispuestas. La “flakka” (alfa-PVP) ha sido el trending topic en drogas durante este verano sin ninguna justificación epidemiológica o de otro tipo. Esta nueva droga (patentada nada menos que en 1967) no sólo induce canibalismo y ataques zombis sino que además “otorga la fuerza de Hulk” (2,3). En realidad la alfa-PVP se lleva detectando esporádicamente como adulterante del MDMA al menos desde hace dos años (4) sin que se hayan comunicado episodios parecidos a The Walking Dead o Los Vengadores. En el verano de 2011 fue el turno del estramonio, enésima “nueva droga de moda”, tras una intoxicación accidental de dos jóvenes en una fiesta rave. Podríamos seguir la lista de leyendas urbanas con el “eyeballing” (ingesta de alcohol a través de la mucosa conjuntival), el “tampodka” (intoxicaciones etílicas utilizando tampones vaginales), etc.
La previsión para la temporada 2015-2016 es que la última “nueva moda en drogas” a nivel mediático sea el “chemsex”. El término define el uso intencional de sustancias psicoactivas en contextos de tipo sexual, sobre todo en población homosexual masculina. El uso de sustancias como el gamma-hidroxibutirato (GHB), gamma-butirolactona (GBL), mefedrona (4-metilmetcatinona, 4-FMC) o la metanfetamina con esta finalidad entre varones homosexuales constituye un fenómeno emergente sobre el que se viene hablando en circuitos profesionales al menos desde 2012, pero que ha saltado a los medios de comunicación tras la publicación de un editorial en el British Medical Journal (5) y el estreno de un documental (6) el pasado mes de Noviembre.
El editorial del BMJ es prudente en la presentación de los hechos y riguroso en su análisis a partir de los pocos datos objetivos disponibles. Destaca que se trata de un fenómeno minoritario dentro de la comunidad gay, discute las posibles implicaciones para la Salud Pública e invita a establecer alianzas entre los distintos dispositivos y recursos implicados. Pero la interpretación en prensa escrita del artículo científico ha consistido en noticias con titulares como “Maratón de sexo y droga en Chueca” (7) “Una moda en auge con graves riesgos para la salud” (8) o “72 horas de sexo y drogas” (9) por poner sólo unos ejemplos. La descripción del fenómeno es muy similar en casi todos los casos: a partir de unas cuantas opiniones o testimonios personales, se construyen relatos sobre orgías multitudinarias organizadas a través de Internet o aplicaciones de teléfono móvil en las que se practica sexo desenfrenado en grupo y se consumen drogas que intensifican el placer sexual de forma intensiva durante varios días. La experiencia es tan extremadamente satisfactoria que la mayoría de quienes la prueban quedan enganchados sin remedio. Lo que el BMJ considera como una hipótesis (asociación con prácticas de riesgo y sexo sin protección que puedan incidir en la epidemiología de infecciones de transmisión sexual) se presenta en los medios como una consecuencia inevitable y consustancial a este tipo de encuentros (9). El editorial de la revista científica señala la ausencia de estudios o encuestas específicas que permitan estimar la magnitud del fenómeno, pero en la prensa el diagnóstico ya está hecho y términos como “fenómeno creciente”, “moda en auge” o “nueva tendencia” aparecen de forma casi constante.
Es importante destacar que no pretendemos minusvalorar la importancia del fenómeno del “chemsex¨. Los ejemplos que describíamos al principio de este texto son fantasías o malinterpretaciones de hechos ocasionales. El asunto que nos ocupa es real y, posiblemente importante desde una perspectiva de Salud Pública. Los pocos estudios científicos publicados se circunscriben a determinados circuitos en zonas concretas de Londres, pero este patrón de consumo también se está detectando desde hace al menos un par de años en grandes ciudades en España. Probablemente existe una minoría de usuarios que se encuentra expuesta a un riesgo muy elevado, derivado del potencial de dependencia de algunas sustancias (metanfetamina), su escaso margen de seguridad (GHB, GBL), vías de administración (que incluyen el uso de vía intravenosa o slamming) así como por prácticas de riesgo derivadas del sexo no protegido. La doble estigmatización derivada de conductas sexuales no normativas y uso de drogas ilegales puede ser un problema para muchos usuarios a la hora de buscar tratamiento. Estimar la prevalencia del fenómeno, estudiar sus características y conocer las creencias, motivaciones y percepciones de estos usuarios es necesario de cara a poder desarrollar estrategias preventivas adecuadas.
De hecho ni siquiera podemos afirmar con seguridad que el “chemsex” sea un fenómeno exclusivo de población gay. El uso recreativo de drogas o determinados comportamientos sexuales están más normalizados entre ciertas subculturas de este colectivo y podría ser que, simplemente, su visibilidad fuera mayor. Por otra parte el uso de drogas psicoactivas asociado a la actividad sexual es tan antiguo como la propia humanidad, y es seguro que existen patrones de conducta muy distintos (tanto en el número, frecuencia, cantidad y pauta de consumo de las sustancias como en el tipo y las características de las prácticas sexuales) que implican riesgos más o menos importantes.
El editorial del BMJ dedica casi un tercio de su texto a exponer la necesidad de destinar recursos para la investigación y la prevención, y destaca aspectos como los problemas de financiación o la adecuada formación de los profesionales sanitarios. Pero no encontrarán nada de esto en los medios de comunicación. La asociación entre minorías sociales, drogas estigmatizadas, nuevas tecnologías y sexo extremo constituye un filón para que el espectador lea una noticia o esté entretenido hasta la siguiente pausa publicitaria. El autodenominado periodismo de investigación debería de consistir en algo más que relatar experiencias reales pero extremas. También debería intentar establecer su auténtica dimensión, indagar en las posibles causas del fenómeno, o al menos preguntar a los responsables técnicos y políticos si tienen pensado hacer algo al respecto o cómo se gestionan los recursos destinados a la prevención y la reducción de riesgos. Pero en su lugar se incide en los aspectos más extremos y llamativos, lo que contribuye a perpetuar estigmas y prejuicios sobre determinadas minorías, en este caso de tipo sexual. Por otra parte la forma en que se resaltan los elementos positivos ( “actividad de moda”, “sexo durante días”, “drogas afrodisiacas”, “placer incontrolable”) puede ser un elemento de atracción o facilitador del consumo.
Algunos de los más prestigiosos profesionales de la sociología y la antropología han destacado la influencia de los medios de comunicación en la difusión y popularización de algunas drogas en España a lo largo de las últimas décadas. Aunque en menor escala, lo que estamos viendo y leyendo sobre el “chemsex” presenta elementos comunes con la cobertura informativa que se hizo sobre la heroína a principios de los 80 (10) o sobre el MDMA (11) a finales de la misma década. No se trata de censurar o decir a los medios como deben de hacer su trabajo. Pero sí conviene aprender de los errores del pasado y valorar las cosas en su justa medida. Los datos disponibles sobre el “chemsex” indican que es un fenómeno que no debe ser ignorado, aunque tampoco magnificado ni enfocado desde perspectivas sensacionalistas. Se trata de un reto para los profesionales sanitarios, autoridades políticas, sociedad civil y también para los medios de comunicación.
Tras la sentencia nº 788/2015 de la Sala 2ª del Tribunal Supremo, por la que se condena a cuatro miembros de la Asociación de Personas Usuarias de Cannabis Pannagh a penas de prisión y cuantiosas multas por un supuesto delito contra la salud pública, las personas y entidades firmantes queremos manifestar:
Tal y como quedó acreditado en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Bizkaia, y como se recoge en la sentencia absolutoria dictada por la misma, Pannagh es una entidad “legalmente constituida”, cuyos miembros son personas “mayores de edad”, “debidamente identificadas”, y todas ellas “eran consumidoras de cannabis”. En aplicación de sus estatutos y para lograr el “acceso a cannabis con garantías de calidad sin vulnerar las disposiciones legales aplicables al caso”, “se estableció y se aceptó por los socios la actividad de cultivo para consumo privado”, que incluía “medidas de control para evitar la difusión de la sustancia producida a terceras personas”, difusión que no se ha acreditado que sucediera nunca. Los socios pagaban una “cuota proporcional destinada a cubrir los gastos propios de la asociación y del cultivo”, sin que exista indicio alguno de desvío del dinero a otros fines, de enriquecimiento, ni de que Pannagh pudiera haber servido de “cobertura formal” para la venta de cannabis a terceros. También se ha probado que el cannabis incautado estaba destinado exclusivamente al consumo de los miembros de la propia asociación.
Sin embargo, la sentencia del Tribunal Supremo altera el relato de los hechos probados para concluir la existencia de delito. El principal argumento es que, aunque el cannabis producido por Pannagh nunca fuera entregado a personas no socias, existe un riesgo potencial de difusión de la sustancia a personas ajenas a la asociación por parte de los socios. Es decir, los cuatro miembros de Pannagh son condenados a prisión por actos que, de haber sucedido –lo cual no está acreditado-, habrían sido cometidos por otras personas sin su conocimiento ni autorización, lo cual es claramente injusto. Además, al presidente y a la secretaria se les imponen multas de 250.000 euros, una cantidad desproporcionada teniendo en cuenta que se considera probado que no intentaron enriquecerse.
La Sala 2ª del Tribunal Supremo aprecia la existencia de un “error vencible de prohibición”, es decir, reduce las penas en un grado al considerar que los condenados podían tener motivos para creer que sus acciones no constituían delito, pero a la vez se niega a absolverles afirmando que no hicieron lo suficiente para salir de su error. La sentencia afirma que “tenían la carga de verificar la licitud de la actividad que se proponían desplegar, de tomar conocimiento sobre si la conducta se hallaba en consonancia con el orden jurídico” y que se comportaron con imprudencia al actuar “alentados por la infundada esperanza de que su actuación podría ser tolerada”. La Sala considera que los acusados “no hicieron nada por superar ese error”, “huyeron de mecanismos que habrían logrado disipar dudas”, “se cuidan de ocultar la producción de cannabis y su distribución entre los socios”, y añade que “muchos datos inclinan a pensar en una actitud muy próxima a la relativa indiferencia”.
Sin embargo, lo cierto es que las actividades de la asociación Pannagh han sido objeto de reiteradas resoluciones judiciales que han afirmado su licitud penal, destacando el Auto nº 218/2006 de la Audiencia Provincial de Bizkaia y el Auto nº 377/2012 de la de Álava, habiendo sido en ambos casos devuelto a Pannagh el cannabis incautado. Esas resoluciones han sido ampliamente difundidas a través de los medios de comunicación y son, por tanto, del público conocimiento, igual que las propias actividades de Pannagh, que han sido sido claramente toleradas durante años por distintas instituciones públicas. No cabe, por tanto, hablar de “infundada esperanza”, sino más bien de una convicción bien fundamentada, compartida incluso por distintos tribunales de justicia.
También es conocido que entre las actividades llevadas a cabo por Pannagh se encuentran iniciativas de solicitud de amparo promovidas ante diversas instituciones, como el Ararteko (Defensor del Pueblo del País Vasco) o el Parlamento Vasco, a causa de la inseguridad jurídica en la que se encuentran este tipo de entidades. Estas iniciativas, desarrolladas junto con otras asociaciones, dieron lugar a la organización de un Foro por parte del Ararteko en 2011, y a la creación de una ponencia en el Parlamento Vasco en 2012. Difícilmente se puede hablar de “indiferencia”, o de que los acusados y el resto de Pannagh no hicieran nada por salir de su error.
Además, tampoco es creíble que se intentaran ocultar las actividades de cultivo de Pannagh cuando su presidente, Martín Barriuso, ha dado a conocer el modelo de funcionamiento de su asociación y de los llamados Clubes Sociales de Cannabis en muy diversos foros, instituciones y medios de comunicación de diversos países, habiendo sido invitado para ello, entre otras instituciones, por la Comisión Mixta de Drogas de las Cortes españolas, la Presidencia de la República del Uruguay, la Asamblea de la República de Portugal, y la Comisión Europea.
Por todo ello, las personas y entidades firmantes reclamamos públicamente que se remedie lo antes posible la injusticia cometida con esta sentencia de la Sala 2ª del Tribunal Supremo.
Faltan algunos videos por subir de los que ya había -unos 200- que se están terminando de preparar, así como una tanda de nuevos documentales, algunos de éstos, ya están en línea.
Si tienes añadido para visionar en tus páginas los videos, actualiza el código de inserción por el nuevo.
También está adaptado a dispositivos móviles.
Esperamos que este cambio os guste y os siga siendo de utilidad.
En el caso de encontraros con algún error, comunicar un video que se quiere ver lo antes posible y no lo encuentras…, ponte en contacto con nosotros a través del formulario habilitado para ello en esta página.
De la marihuana se dicen muchas (y negativas) invenciones: que causa fracaso escolar, que la legalización aumenta el número de consumidores o que genera delitos y criminalidad. Sin embargo solo son mitos y habladurías fomentados por quienes se oponen a la planta y a la legalización. Dinafem ha podido analizarlos y derribarlos con ayuda de un experto español sobre el tema.
Cada vez son más los expertos que suman sus fuerzas para analizar las propiedades del cannabis y poner sobre la mesa todo su potencial. Sus investigaciones hacen frente a las habituales teorías conspiratorias que posicionan a la planta en un lugar en el que no merece estar. Son habladurías y muchas invenciones las que persiguen a la marihuana, contribuyendo al prohibicionismo y creando dudas entre los usuarios.
Hace algunos días, Kevin Hill, psiquiatra, experto en adicción del Hospital McLean de la Escuela de Medicina de Harvard y autor del libro ‘Marijuana: The Unbiased Truth about the World´s Most Popular Weed’, comenzó un hilo en Reddit con el que dejaba abierto el camino para que cualquiera le preguntara lo que quisiera saber sobre la planta. En respuesta encontró cientos de preguntas que demuestran las cuantiosas dudas que aún existen en este ámbito y la necesidad de que un experto las resuelva.
Con esa misma intención, Dinafem ha hablado con Josep Rovira Guardiola, director del área de Drogas de la Asociación Bienestar y Desarrollo. Rovira opina que el futuro del cannabis pasa por una reorientación de las políticas de muchos países y por una reducción en el número de consumidores sancionados.
Cree que progresivamente se irá aceptando la posesión para consumo personal y que diversos países impulsarán modelos de regulación hasta llegar a un punto en el que «las evidencias harán imposible volver al pasado». El experto español ha respondido a nuestras preguntas sobre los principales mitos que existen sobre la marihuana.
¿El consumo de marihuana causa fracaso escolar?
El profesional explica que, aunque existen muchos mitos, él resalta el que relaciona su consumo con el fracaso escolar. No lo hace porque le parezca el más peligroso, sino porque se repite constantemente. Dice que, aunque pueda haber alguna relación estadística entre consumo y fracaso, eso no significa que lo primero provoque lo segundo. De hecho, «el fracaso es predecible en población escolar mucho antes de que algunos de los chicos y chicas empiecen a fumar».
Por tanto, esa relación es igual de cierta que decir que quienes fracasan en los estudios van a consumir marihuana, cuando no es cierto. El fracaso escolar tiene múltiples causas y la relación entre este y la hierba nunca ha sido referenciada por autores de prestigio «ni tiene visibilidad en las memorias del Ministerio de Educación».
¿La legalización del cannabis aumenta el número de consumidores?
Otro de los grandes mitos es el de que su legalización atrae a más personas a consumir. Explica Rovira que, aunque tal vez exista un incremento de quienes experimentan con la hierba al inicio, nada hace afirmar que una mayor disponibilidad del producto conlleve a un aumento de su consumo. «Cada vez tenemos más evidencias que lo demuestran».
Pone de ejemplo la experiencia de Países Bajos, donde el acceso libre de adultos a la planta es posible desde hace décadas y «sus tasas de consumo no son las mayores de la Unión Europea, ni entre adultos ni entre adolescentes».
¿Es la planta una puerta de entrada a ciertas drogas?
Muchos, alentados en parte por los medios de comunicación, son los que piensan que consumir marihuana hace que, después, se acceda a ciertas drogas. Sin embargo, según este experto, quienes consumen cannabis no van mucho más allá a la hora de consumir otras sustancias. De hecho, afirma que «la teoría de la escalada es un mito sin ninguna base científica», puesto que no existe ningún proceso químico que haga tomar otras sustancias por consumir cannabis. Lo único que existe, dice, «es una probabilidad y solo una probabilidad de ello por contextos sociales» y por causa del mercado ilegal.
¿Provoca algún tipo de psicosis?
El experto explica que muchas veces hay quien establece una relación directa de causalidad entre consumir la planta y desarrollar psicosis. Si fuera cierto que genera problemas psiquiátricos, entonces, «con el aumento de consumo que tuvimos en los años 90 y principios del 2000 deberíamos haber tenido una proporcionalidad igual en el incremento de psicosis y no fue así».
Rovira dice que no es posible afirmar que quienes sufren esos problemas desarrollen psicosis tras consumir. Asegura que, en muchas ocasiones, esas personas ingieren cannabis como una manera de mitigar su malestar.
¿Es más adictiva que la heroína?
Por otro lado, suele afirmarse que la marihuana es más adictiva que drogas como la heroína. El experto asegura que esta cita es falsa, puesto que solo una proporción muy pequeña de quienes fuman hierba por el THC pueden generar algún tipo de adicción. En todo caso, es algo poco frecuente y que supone «una gran diferencia con respecto al consumo de alcohol o de cocaína».
Además, en relación al síndrome de abstinencia (los efectos que tienen lugar cuando alguien deja una sustancia psicoactiva), explica que existe cierta controversia, puesto que son signos poco objetivos y síntomas de tipo psicológico de intensidad moderada que podrían ser atribuibles a la personalidad del individuo.
¿La marihuana aumenta los delitos?
Más allá de esto, muchas veces se asocia el consumo de cannabis con el aumento de los delitos y mayor criminalidad. Rovira cree que esa concepción es una «soberana chorrada» y que solo se explica por el estigma y la criminalización que se ha generado en torno al consumidor, motivados por las políticas prohibicionistas «y absolutamente alejadas de seriedad, evidencia y buen criterio».
Tal vez con ayuda de la opinión de este tipo expertos sea más fácil eliminar poco a poco los prejuicios que aún acompañan al cannabis. Junto con las continuas investigaciones científicas sobre sus propiedades, serán de gran ayuda para seguir sumando puntos en la lucha contra el estigma que envuelve a esta planta.
El nuevo documental de la directora granadina Chus Gutiérrez abre un interesante y necesario debate sobre la cuestión de las drogas. en ‘Droga oral’ sesenta personas revelan sus experiencias con los estupefacientes para crear un necesario espacio de diálogo en el que los prejuicios y tabúes nos están invitados.
Chus Gutiérrez y su ‘Droga oral’ se encargan de componer un interesante documental que parte de una premisa tan sencilla como difícil de encontrar: un debate que va más allá de la superficie, un debate que despenaliza el uso de las drogas y que, en definitiva, se sumerge en un mundo inexplorado con la mente abierta.
Durante una semana, la cineasta granadina ha reunido a un grupo de personas de todas las edades para que muestren sus experiencias con las drogas. Positivas, negativas, a favor, en contra… voces que se niegan a formar un eslogan a favor de las drogas y se empeñan en mostrar las múltiples aristas de esta cuestión para que el espectador termine sacando sus propias impresiones.
El principal objetivo de la directora granadina es el de establecer un debate abierto y libre de prejuicios que nos permita sacar un tema del terreno de la marginalidad para hacerlo público. Un diálogo sumamente interesante y enriquecedor en el que la educación y la informacion tienen un lugar privilegiado.
»No te drogues no es información»
Surge la oportunidad de tener una charla con la directora y nos sucede lo mismo que cuando vemos una piscina en pleno agosto: que nos tiramos de cabeza.
Y así conocemos a la directora granadina. Nos saludamos. Dos besos sirven para romper el hielo y entre el humo de los cigarros comenzamos una charla de la que no podemos dejar de aprender. No todo va a ser positivo. Las horas tempraneras nos impiden compartir una cerveza con ella y nos tenemos que conformar con un poco de cafeína: Pregunta – ¿Por qué decidiste acercarte a esta cuestión desde el género documental?, es decir, ¿qué beneficios formales y estilísticos te ofrece este género frente a la ficción?
Respuesta – Es que no tiene nada que ver. Bueno, no tiene nada que ver y todo, puesto que esto es cine. Primero porque hace 20 años hice una película que se llamaba ‘Sexo oral’. Ajo, que participó en esa película, me dijo un día »es el momento de hacer ‘Droga oral»’ y yo pensé »es una gran idea». Las drogas son un tema tabú, absolutamente y el hecho de tener una hija joven me hizo plantearme qué tipo de información reciben los jóvenes.
Y me di cuenta de que no había información. Hay un mensaje que es »no te drogues», pero eso no es información. Creo que hay una cosa que es especialmente importante y que no sé si se está transmitiendo bien. Es muy importante que los primeros consumos los hagas cuanto más tarde mejor y esa información deberían saberla los jóvenes, puesto que influye mucho a la hora de desarrollar la enfermedad de la adicción. A un adolescente le dices »No cruces por esa puerta» Y ¿qué va a querer hacer? Pues cruzar la puerta.
Es muy importante que los primeros consumos los hagas cuanto más tarde mejor y esa información deberían saberla los jóvenes.»
P – Como medio de comunicación enfocado al público LGTB no nos sentimos ajenos a ese paísaje de silenciación, prohibición y tabú que la sociedad establece, también con el mundo de las drogas, y que claramente se convierte en una postura errónea…
R – Hay que hablar abiertamente. Debates en los colegios, en los institutos. Los adolescentes tienen que compartir sus experiencias. Hay que hablar. El debate es mucho más interesante para proteger a los jóvenes. La frase »no lo hagas» lo que provoca es unas ganas tremendas de hacerlo. P – Continuando con este tema, en la cinta podemos ver las experiencias de numerosos rostros conocidos. Andy Chango, la micropoetisa Ajo, Francisco Nieva, tu misma que comentas tus vivencias en Nueva York… ¿hay algún personaje conocido que te haya dicho que no quería participar en la película por tratar la cuestión de las drogas?
R – Hay muchos personajes conocidos y también anónimos que me han dicho que no, por supuesto. Sentarte delante de una cámara para contar tu experiencia con las drogas no es fácil. Yo me pregunto qué va a pensar la gente de mí en concreto. Van a decir: »esta… esta yonqui» –risas-. Es normal que la gente tenga pudor y un cierto respeto a descubrirse pero afortunadamente tenemos a las personas que querían contarlo y sus testimonios están ahí. P – ¿Ayudaría al debate público que hubiera gente destacada que ‘saliera del armario de las drogas’?
R – Yo creo que esta película va a servir para esto. Estoy convencida de ello. Todo el mundo que sale de ver la película habla de las drogas. De lo que ha consumido, de lo que no, de sus preocupaciones…de las experiencias que han tenido. La película abre el debate… P – Con ‘Sexo oral’ te sumergiste en otro tema de los políticamente incorrectos. 20 años después podemos ver ‘Droga oral’… ¿Van a pasar otros 20 años para ver ‘Rock and Roll oral’ o el santo grial del asfalto (sexo, drogas y rock and roll) tendrá continuación pronto?
R – Sí. Pero me da la sensación de que no será ‘Rock and Roll oral’ será otra cosa que en este momento no sabemos. Pero sí voy a esperar 20 años porqué es agotador hacer una película como esta. Sólo el montaje ha sido un año. P – ¿El montaje ha sido la parte más complicada de la película?
R – Absolutamente. Ten en cuenta que hemos grabado a 60 personas a una media de 40 minutos por cada entrevista. Así que ha resultado como navegar por un océano. P – De hecho, hemos podido leer que la micropoetisa Ajo ha resultado fundamental en la gestación de la cinta…
R – Ajo ha funcionado como inspiración por así decirlo. Ha encendido la mecha. El origen de las ideas es muchas veces lo más importante y yo se lo agradezco enormemente. P – En la cinta se hace hincapié en la importancia de la educación y el uso de las drogas.
R – Pienso que es fundamental. No podemos vivir en una sociedad donde todo el día vemos drogas legales e ilegales que no se hable de ello. Hay que tener prevención e información. En este caso los políticos van por detrás de la sociedad en este tema. En la cuestión de la marihuana existe mucha hipocresía. Hay clubes de fumadores por todos lados, si la gente consume hay que regular.
Sólo uno de los 60 entrevistados ha indicado que no está a favor de la regulación. La sociedad está preparada para abrir este debate, pero los políticos empeñan en cerrar los ojos.
Hay que tener prevención e información. En este caso los políticos van por detrás de la sociedad en este tema.»
P – Cómo valorarías las campañas sobre las drogas que ha llevado a cabo el Ministerio de Sanidad en los últimos años.
R – Creo que el Ministerio de Sanidad tendría que utilizar ‘Droga oral’ como herramienta de información. ‘No te drogues’ no es información, pienso que la película en este sentido funciona mucho mejor. P – ¿Podemos hablar de drogas cool vs drogas clandestinas? Es decir, cómo es posible que cuando confiesas estar algo ansioso no hay nadie que te diga »¿te apetece un peta?» y sin embargo hay dos o tres que te sacan un blíster de Orfidal y te dicen… yo ya llevo dos esta mañana.
R – Bueno es que las drogas cool, como tú las llamas, son las que venden en las farmacias y son las farmacéuticas las que están enriqueciéndose y sacando beneficios vendiendo esas drogas cool, pero son igual de peligrosas que las otras.
En un momento difícil en mi vida en el que me costaba relajarme y dormir me sorprendió que todo el mundo me ofrecía pastillas. Incluso me decían yo me tomo uno o dos todos los días. La verdad es que me asusté, no sabía que tanta gente consumía este tipo de sustancias.
P – Hay gente que parece una farmacia ambulante…
R – No todo nos sienta bien a todos eso es evidente. Pero la diferencia entre la marihuana y los ansiolíticos no deja de ser hipocresía. Vivimos en una sociedad que donde todo son como paquetes. Si algo es malo, se repite: es malo, malo, malo, malo –risas-. Hay cosas buenas, hay cosas malas. Hay cosas que no son inocuas pero te pueden ayudar en un momento determinado. El ser humano siempre ha necesitado celebrar. En estos momentos el ser humano se ríe, se comunica, comparte y las drogas son una parte importante en este acto.
La diferencia entre la marihuana y los ansiolíticos no deja de ser hipocresía.»
P – ¿Crees que algún sector del público/crítica puede tachar a la cinta de hacer una apología de las drogas?
R – Pues yo creo que no. Pienso que si tienes curiosidad te puede despertar algo más de curiosidad, pero esa curiosidad ya estaba en ti. El infierno de la adicción está en la película. El peligro es innato a la sustancia y es lo que también se transmite en la película, hay una frontera que se ve y que no hay que cruzar. P – ‘Droga oral’ se acerca a la cuestión de los estupefacientes sin prejuicios, despenalizando el mundo de las drogas. Ahora bien, después de haber visto la cinta podemos ver como se hace una especial diferenciación entre consumo y adicción…
R – Claro… es que también hay que hablar de la adicción. Mucha gente no sabe lo que es la adicción. En muchos casos se asocia a clichés como los problemas en la infancia o de autocontrol pero en la mayor parte de los casos no es así. Hay mucha gente que tiene una predisposición genética muy clara a ser adictos. Información, please –risas-. P – La sociedad contemporánea consume drogas como ninguna otra en el pasado y, sin embargo, siempre se nos recuerdan las connotaciones negativas de esta palabra. ¿Qué connotaciones positivas le buscarías a las drogas? Si es que las hay…
R – Claro que las hay. Las drogas están ahí. La marihuana es una planta, es algo de origen natural. Cada uno tiene que buscar su utilidad, yo puedo hablar solo de lo que a mí me ha pasado. A mí me ha venido bien para divertirme. También me ha venido bien para escribir. Fumarme un porrito de vez en cuando me quita el miedo a la página en blanco. No es algo que haga sistemáticamente pero en un momento dado si me puede ayudar.
Pero es un tema sobre lo que es imposible teorizar. Lo importante de la película es que no se crea un eslogan sobre las drogas si no que se muestran diferentes experiencias individuales.
Fumarme un porrito de vez en cuando me quita el miedo a la página en blanco.»
P – En Reino Unido se acaba de producir un documental sobre el tándem sexo casual y consumo de drogas como tendencia cultural entre los hombres gais. El fenómeno está haciendo repuntar las infecciones de transmisión sexual, pero además, esconde una realidad más amarga… la de la gente que por abulia, exclusión o depresión busca refugio en prácticas tóxicas desenfrenadas. ¿Es este el verdadero problema y no las drogas?
R – La sociedad en la que vivimos nos provoca cada vez mayor presión y estrés. A la vez que esto aumenta, la conexión humana, por decirlo de alguna manera, es decir nuestra parte más emocional, la parte que tenemos todos de sentirnos protegidos por una estructura humana se está resquebrajando puesto que estamos en una sociedad que cada vez es más individualista. Hay un vacío enorme en todos nosotros y las drogas parece que pueden cerrar ese agujero un rato, pero el agujero sigue ahí…
Óscar Parés1 ponente de la IV edición del Foro Social de Cannabis. Licenciado en filosofía y antropología por la universidad de Barcelona. Subdirector de la Fundación ICEERS. Visto en Foro Social Internacional de Cannabis.
Òscar Parés – Subdirector y Coordinador de las Redes Sociales
Òscar Parés, actualmente vive en Barcelona. Es licenciado en Filosofía y Antropología. Posteriormente, cursó un Máster en Drogodependencias por la Universidad de Barcelona. En los 14 años siguientes se interesó en el uso de las herramientas etnobotánicas en contextos indígenas, así como en la psicoterapia moderna a través de la técnicas de expansión de la consciencia. En la actualidad, colabora en el equipo de prevención de drogas del Programa de Abuso de Sustancias de la Dirección General de Salud Pública, coordinado por el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya. Òscar Parés, ha realizado cursos de formación en materia de prevención de problemas relacionados con el consumo de drogas en escuelas e institutos, dirigido a profesores, académicos, profesionales de salud pública, tales como médicos, enfermeras, terapeutas, policías, personal sanitario de turnos de noche, presos jóvenes, etc. También está involucrado diferentes en proyectos europeos como Democracy Cities & Drugs, Newip, Club heath conference, Psychonaut Drojnet2, etc.
El 30 de junio de 2015, el Dr. Osvaldo Trujillo Godoy, neurólogo especializado en Trastornos del movimiento y Parkinson, brindó una charla abierta en nuestra Liga Chilena contra el mal de Parkinson. El tema central fue el uso terapéutico de la marihuana (cannabis) en la enfermedad de Parkinson, en base a los estudios científicos que se han realizado. La charla buscó evitar los prejuicios que tanto condicionan el tratamiento de este tema, abordándolo con evidencia científica, prudencia y apertura, tanto por parte del doctor Trujillo como de los asistentes.
El Dr. Osvaldo Trujillo Godoy se desempeña en nuestra institución y otras importantes instituciones y cuenta con una vasta trayectoria profesional en neurología y, particularmente, trastornos del movimiento. Agradecemos que abordara este tema, del que poco se habla públicamente por parte del sector médico y científico, y aportara con ello saber científico y explicaciones basadas en ese saber.
El jueves 29 de octubre, el famoso cultivador de cannabis holandés Doede de Jong fue declarado culpable de cultivar cannabis, aunque ¡sin recibir ninguna sanción! Un momento verdaderamente histórico para las comunidades del cannabis holandesas e internacionales, sobre el que Cannabis News Network ha realizado un reportaje.
Doede de Jong es un famoso cultivador de cannabis que lucha por el suministro legal de cannabis de gran calidad a los coffeeshops. Aunque la práctica de la venta de cannabis a los coffeeshops holandeses se tolera en ciertas circunstancias, la forma en que compran sus productos sigue siendo ilegal, por lo que se han visto obligados a realizar sus actividades dentro de un área gris. A menudo, esto significa que los coffeeshops tienen que comprar cannabis a cultivadores delincuentes que se inclinan por la cantidad y no por la calidad.
Dado que el gobierno no cambia su política relativa al cannabis, mantienen un sistema que fomenta la delincuencia, además de la circulación de marihuana de muy mala calidad que representa una amenaza para la salud pública.
Para respaldar su postura, De Jong cultivaba cannabis en un invernadero, utilizando sólo los recursos naturales, y nutrición y pesticidas biológicos. Vendía su marihuana de gran calidad a un coffeeshop al que se permite vender cannabis.
Después de haber sido condenado en 2014, De Jong llevó su caso ante el Tribunal Supremo. El Tribunal ha reconocido sus motivos y se ha pronunciado en esta sentencia histórica.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Cookies estrictamente necesarias
Las cookies estrictamente necesarias tiene que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Si desactivas esta cookie no podremos guardar tus preferencias. Esto significa que cada vez que visites esta web tendrás que activar o desactivar las cookies de nuevo.