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LA ASOCIACIÓN CANNÁBICA VALLADOLID 420 SIGUE EN JUICIO PESE AL AVAL DE INTERIOR

Visto en Cannabis.es.

Benito Díaz

La asociación cannábica Valladolid 420 fue intervenida el pasado 20 de febrero. En el asalto fueron detenidos tres socios de la misma bajo la acusación de Delito contra la Salud Pública. La investigación ha revelado que la organización estaba inscrita en el Registro de Asociaciones de forma correcta, por lo que se habrían aceptado sus estatutos sin observar indicios de delito, como certifica un documento firmado por el Ministerio del Interior.

La información que Cannabis.es ha confirmado, indica que Valladolid 420 solicitó su ingreso en el registro en el año 2015. El recurso quedó en suspenso y se trasladó a la Fiscalía provincial, ante la duda sobre lo lícito de lo planteado, pues en los estatutos de la asociación se aclaraba que llevarían a cabo un autocultivo comunitario, a repartir entre los socios para su consumo propio, todos de más de 25 años. La respuesta del Registro nacional de Asociaciones fue afirmativa, por tanto, no se dieron sospechas de hechos delictivos.

Tras el suspenso de la sesión del pasado día 25 de enero, sabemos que, aunque la legalidad de la asociación ha sido refrendada por el Ministerio, los cargos contra tres de sus socios se mantienen. Iván, Enrique y Manuel Luis, son requeridos por la Fiscalía para hacer frente a la pena de 18 meses de cárcel y 6000 euros de multa a cada uno, por delitos contra la Salud Pública y Tráfico de Sustancias. Charlamos con Fran, presidente de Valladolid 420.

Una historia en primera persona

Fran es un hombre de 36 años. Se dedica a la logística y decidió abrir una asociación cannábica para dar respuesta a las necesidades de su capital, donde no había ninguna organización de este tipo, según nos cuenta. “Todo el mundo me decía que no la montase, que iba a tener problemas. Y es verdad, el tema en Valladolid está muy difícil. Pero si no lo hago yo, ¿quién lo va hacer?”, nos dice. Piensa que hay mucho sentimiento prohibicionista en su ciudad.

El local se encontraba próximo al centro y tan solo llevaba seis meses abierto. El presidente de Valladolid 420, nos remite a la secuencia de los hechos que aparece relatada en un artículo del diario El Norte de Castilla. Según esto, el asalto se cometió el día 20 de febrero de 2019. Varios agentes acudieron a la puerta del local, alertados al parecer por un vecino que se quejó del olor a marihuana.

La policía accedió al recinto, encontrando a un hombre en la puerta y otros dos en el interior, según el relato, jugando con una videoconsola. En el registro, hallaron dos botes de cristal con 109 y 86 gramos de Cannabis, 114 plantas de Cannabis, una prensa, dos medidores de acidez y un total de 303 euros en billetes y monedas.

Los socios, pues ninguno pertenecía a la Junta Directiva, alegaron que se trataba de una asociación para el cultivo y autoconsumo, igual que otras miles que existen en nuestro país. Sin embargo, al no poder acreditarlo, los tres fueron detenidos y trasladados a comisaría, según el informe policial.

Él no estaba en el local esa tarde, tuvo que ocuparse de otros asuntos. “Se llevaron a tres socios, ¿pero si llegamos a estar 20 nos llevan a todos?”, pregunta Fran. “Eran tres socios que estaban allí, no había ningún responsable. Acabábamos de abrir, todavía no teníamos las medidas de seguridad que pusimos luego, cámaras de video, lector de huellas digitales, etc. No quisieron ver los papeles, no quisieron ver nada. Dijeron que allí había una plantación, esto es vuestro, plantación ilegal y tráfico. Es increíble. La policía tendría que haber podido demostrar algo de esto”.

Registro sin orden judicial y detenciones arbitrarias

La suspensión del caso el 25 de enero, se debió a que la defensa adujo la nulidad de la irrupción de la policía en el local, hecha sin los permisos necesarios ante un juez en una propiedad privada, anulando la legalidad del registro y alegando ruptura en la cadena de custodia de las pruebas. Esta es la garantía que, desde su incautación hasta su análisis en laboratorio y posterior resultado, está todo debidamente registrado, asegurando que la prueba presentada es efectivamente la que pertenece al juicio. También fue entonces cuando requirieron el informe que ha probado la legalidad de la asociación, a petición del juez.

El ministerio sabe que estamos constituidos de forma legal y que lo que decimos es verdad. Que tenemos un cultivo compartido, destinado a repartirlo entre nuestros socios, que son todos mayores de 25 años, avalado por un fiscal al cual otro fiscal le tiene que decir que no y demostrarle los cargos de los que se acusan a nuestros socios”aclara Fran. También nos indica que no tiene conocimiento de que haya otro caso como el suyo en nuestro país, pues siempre media una investigación para llevar a cabo una serie de detenciones.

La defensa pide la nulidad de las actuaciones policiales por vulneración de derechos fundamentales, solicitando a su vez la absolución para los acusados en base a que los hechos se circunscriben en la doctrina del consumo compartido. A su vez, de forma alternativa, piden una pena de seis meses por delito contra la salud pública “en sustancias que no causan grave daño, con la atenuante de adicción”.

Autocultivo y modelos asociativos

La propuesta de autocultivo de Valladolid 420 no es una novedad en el sistema de asociaciones. Ya en sus comienzos, ARSECA, asociación pionera catalana en los noventa, tuvo problemas al sugerir algo muy parecido. También debe mencionarse la actual lucha llevada a cabo por la asociación AIRAM en Barcelona que ha dado como resultado el encarcelamiento de su tesorero y de su presidente, Albert Tió.

El modelo asociativo del que habla Fran, es uno que contemple el autocultivo como única vía para el abastecimiento de los socios. “No me gusta la compra mancomunada. De esa forma se ayuda al mercado negro. Por mucho que quieran maquillarlo o excusarse, es ayudar al narcotráfico. Nuestro cultivo está en los estatutos, y no tenemos un permiso como tiene Juan Abelló, pero nos dieron permiso para seguir adelante”comenta. “Creemos en nuestro tipo de asociación. Me he informado de cómo hacen las cosas en otros sitios, para poder hacer lo nuestro mejor. Y te metes en Instagram o en Youtube, y tienes a gente haciendo publicidad de las asociaciones, no puedo entenderlo. Que si tenemos tal variedad o hacemos tal extracción. Nos gusta ser discretos; además, te pondré un ejemplo. Nosotros teníamos un límite de socios. Éramos 31 y no queríamos más. Ya nos costaba trabajo abastecer a 30 socios más uno terapéutico, no quiero imaginarme lo que es abastecer a 100 o 1000 personas. ¿De dónde sacáis la marihuana, qué precio le ponéis? Desde mi punto de vista, eso es narcotráfico, no estás ayudando nada al tejido asociativo, ni es el modelo de asociación que queremos nosotros”.

Fran expone que su intención no era la de tener más socios y requerir un lucro económico. “No queríamos que viniera más gente, queríamos que hubiera más asociaciones, que esto se normalice un poco. He oído que alguna vez han pillado a gente con Marihuana que han sacado de la asociación. En nuestro caso, estaba prohibido sacar el Cannabis de nuestro local de forma tajante, bajo pena de expulsión. Porque sabemos que es ilegal. Tenemos un modelo de asociación basado en consumir allí, ayudarnos entre todos, estudiar la planta, hablar y echar un buen rato”.

Los socios acusados tienen miedo. Solo eran unas personas que iban a su local para divertirse, sin ningún tipo de responsabilidad, nos cuentan. El cinco de octubre se dictará sentencia. “Estaría orgulloso de que nos dieran la razón, porque lo estábamos haciendo todo bien. Nunca ha existido un afán de lucro, todo se hacía para ayudar a la gente que no sabía cómo llevar a cabo un cultivo, que disfrutaban con la planta. No se trataba de llegar, conseguir el cannabis y marcharse. Allí nos conocíamos todos, conversábamos, nos lo pasábamos bien. Se hacían talleres de esquejes, de extracciones… pues lo que es una asociación de gente a la que le gustan estas cosas”.

Juicio a la ‘Abuela Marihuana’: «Siempre pensé que estaba ayudando a los demás»

Fernanda de la Figuera, a la salida de los juzgados de Málaga | N.C.

Visto en El diario.es.

Fernanda de la Figuera, la conocida activista por la regularización del cannabis de 76 años, fue juzgada este miércoles en Málaga. Tras cuatro horas de interrogatorios, quedó claro que nunca se lucró por suministrar cogollos de marihuana a los miembros del club que fundó con otras mujeres, Marías por María. Sin embargo, el fiscal mantuvo su acusación por entender que la asociación facilitaba o promovía el consumo de marihuana. Pide cuatro años de prisión para De la Figuera, que siempre ha defendido que cada cual, si así lo desea, cultive su propio cannabis. «En todo momento pensé que estaba haciendo algo que se podía hacer y que estaba ayudando a los demás», dijo en su alegato final.

Marías por María pretendía, según explicó De la Figuera, facilitar el acceso al cannabis a personas que pueden paliar sus dolores de artrosis, fibromialgia o reúma con los cannabinoides. Especialmente se trataba de ayudar a que mujeres pudieran acceder a la sustancia en condiciones de seguridad, dijo. No obstante, también el club que dirigía también admitió otro tipo de socios, hasta contar con unos 170. El objetivo era realizar un cultivo colectivo que facilitara el consumo a personas mayores de edad.

La asociación se constituyó legalmente en 2010 y fue registrada ante la Junta de Andalucía. En esa época proliferaban los clubes cannábicos al amparo de una interpretación jurisprudencial que parecía tolerarlos, de modo que la activista utilizó estatutos de otros clubes legales para constituir Marías por María.

Cada socio tenía su ficha con su consumo diario máximo, en la que se apuntaba la cantidad que retiraba. Pagaba una cuota anual que cubría los gastos del cultivo y de la asociación, que abría de lunes a sábado. Existía también un control de los gastos y las cuentas, según explicó el tesorero, juzgado junto a De la Figuera y el secretario.

«Todos nos conocíamos. Lo veía como una cooperativa», declaró uno de los socios, que ejerció labores de secretario. También declararon en juicio tres socias aquejadas de enfermedades graves. Una de ellas, una médica de profesión que sufrió cáncer de mama, relató que llegó a la asociación por indicación de un compañero. Según aseguraron las tres, Fernanda siempre les indicó que debían consumir únicamente en el local.  

Registros sin orden judicial

Todo se vino abajo el 2 de julio de 2014. En esa fecha, varios policías locales irrumpieron en el local, la detuvieron a ella, al tesorero y al secretario, y requisaron la marihuana. Lo hicieron sin orden judicial y, según admitieron los agentes en el juicio, aprovechando un descuido de unos usuarios. Desde hacía varios días vigilaban el local. Cuando vieron a dos personas entrar y salir en pocos minutos, los retuvieron y comprobaron que llevaban la droga. Suficiente para intervenir.

Lo que encontraron fue un local donde una decena de personas estaba fumando porros de marihuana. Todos eran socios. «Estaban sentados fumando en un rinconcito tranquilamente. [Los policías] entraron como los guerrilleros de Cristo Rey. Fue muy violento y desagradable», lamentó la activista.

Un par de meses más tarde, la Guardia Civil entró también en una finca y decomisó la marihuana destinada al suministro a los socios. Sin orden judicial y según ella, mediante engaño, porque todos en Alhaurín el Grande sabían quién es y lo que hace. Aunque una valla verde cubría la plantación, no se hacía demasiado por evitar el olor.

Los registros sin orden judicial han motivado una petición de nulidad, por la posible vulneración del derecho a la inviolabilidad del domicilio. No es la única sombra de la intervención. La defensa señaló las dudas sobre la cadena de custodia de la sustancia intervenida, que se destruyó pese a que se pidió realizar un contraanálisis amparado por la Audiencia Provincial.

Además, Xaquín Acosta, perito de parte, resaltó las incongruencias del análisis policial: entre otras, que se incluyeron las hojas en el pesaje, cuando las convenciones de Naciones Unidas únicamente consideran estupefaciente las flores.  En el juicio no quedó claro que lo decomisado superara los diez kilos, lo que es esencial para determinar la posible pena.

Los requisitos del consumo compartido

Fernanda de la Figuera ya ha sido absuelta dos veces, en 1995 y en 2010, en esta última ocasión por unos hechos parecidos. Cuando se abrió tímidamente la vía de los clubes de autoconsumo, vio una fórmula que entendió que era legal. En 2012, al recoger un premio, habló con orgullo de lo que estaba haciendo en la asociación. Sin embargo, su aspiración choca con una jurisprudencia confusa, que el Tribunal Supremo ha modificado en los últimos años, corregido por el Tribunal Constitucional.

Una sentencia de febrero de 2019 apunta la necesidad de evaluar cada caso de «consumo compartido», pero fija una guía genérica de requisitos para que sea asimilable al autoconsumo individual, y por tanto legal: que lo practiquen consumidores habituales, que ocurra en lugar cerrado, que sean grupos reducidos y determinados, y que no se rebasen ciertas cantidades. Según el abogado de De la Figuera, todos se cumplen: Marías por María tenía 170 socios (lejos de los cientos o miles de los que habla el Alto Tribunal), se identificó a doce personas en el local y otras dos fuera (todas socias) y las cantidades eran pequeñas.

Además, el abogado destacó las sentencias contradictorias, la existencia de otras asociaciones y el debate político para alegar que, en todo caso, cometieron un error invencible, una figura que rebaja uno o dos grados la pena: «No podía plantearse otra cosa que estaban actuando lícitamente».

El fiscal admitió implícitamente que no había indicios de que en su actividad hubiera ánimo de lucro. Sin embargo, añadió que no es necesario, porque para cometer el delito basta con promover, facilitar o favorecer el consumo, según el artículo 368 del Código Penal.

«Convencida de que lo estaba haciendo muy bien»

«Una es una optimista, hace las cosas con la mejor voluntad del mundo. Hace las cosas por ayudar a los demás, y a veces mete la pata. Y en esta ocasión, por lo visto metí la pata haciendo la asociación, pero yo estaba convencida de que estaba haciendo algo muy bien», dijo ella tras el juicio, rodeada de un centenar de simpatizantes venidos de Barcelona, Santander o, incluso, Los Angeles. Muchos de ellos vestían una camiseta con el lema «Todos somos Fernanda».

«Conocí a Fernanda en 1998 en la calle Cáñamo de Córdoba», explicó Pablo Ortega, de Guadix. «Llevo cinco años sin fumar, pero se merece mi apoyo. Le hice la obra de su casa, estuve ocho meses allí, y ella nunca se ha lucrado». Israel Benjumeda, llegado de Barcelona, lamentó la «persecución» que sufren las asociaciones. «En Barcelona hay más de doscientas asociaciones, unas mil en España, y aquí no duran ni un año». Ya a la puerta de los juzgados, los activistas entregaron una planta a Fernanda.

«No creo que merezca ir a la cárcel», dijo ella, que se ve como una «persona muy incómoda para las farmacéuticas», ahora que empiezan a concederse licencias, por su lucha por el autocultivo. «Creo que lo que hay que hacer es que cada cual cultive sus plantas y fume de lo que cultiva, porque no vas a fumar nada mejor de lo que tú cultivas».

Juan Carlos Usó: «Los medios de comunicación han sido los creadores del denominado problema de las drogas»

Visto en El diario.es. Texto y Fotografía del diario.

La criminalización pública del consumo de drogas fue un proceso que se desarrolló en el siglo XX con la colaboración necesaria de los medios de comunicación. Así lo defiende Juan Carlos Usó Arnal (Nules, Castellón, 1959), licenciado en Geografía e Historia Contemporánea, doctor en Sociología y bibliotecario en el Ayuntamiento de Castellón de la Plana. Es autor de ‘Drogas y cultura de masas. España 1855-1995’, ‘Píldoras de realidad’ y ‘¿Nos matan con heroína? Sobre la intoxicación farmacológica como arma de Estado’.

Usó acaba de publicar ‘Drogas, neutralidad y presión mediática’, que se presentará en Santander el 7 de noviembre en la librería La Vorágine, donde hablará de una obra en la que  analiza cómo cambió la percepción social y política del consumo de drogas y se pasó de la permisividad a la prohibición apenas en una década, jugando un papel clave en el proceso los medios de comunicación.

Podemos empezar con la cuestión de fondo: ¿Es usted partidario de la legalización de las drogas?

Más bien soy partidario de revocar la prohibición.

¿Cree que la sociedad lo asumiría en su mayor parte?

Sí, ¿por qué no? Aunque sería imprescindible contar con el concurso favorable de los medios de comunicación.

¿Cómo cree que ha de regularizarse este acceso?

Similar a la regularización que existe con respecto a otras drogas como el tabaco y el alcohol.

¿Considera que hay una relación entre legalización y aumento de consumo?

La historia nos demuestra que la relación es todavía mayor entre prohibición e incremento del consumo, en el sentido de que alimenta la fascinación por el fruto prohibido.

¿Qué papel han jugado los medios de comunicación en la imagen que tiene el acceso a estupefacientes?

Pues, en realidad, han sido los creadores del denominado problema de las drogas, es decir, los encargados de construir una percepción social negativa, alarmante y beligerante en torno a los psicofármacos.

¿Qué sentido tiene una criminalización para el poder público: ética, política, económica…?

Con su criminalización, las drogas, los consumidores, los traficantes y los inductores han desempeñado el papel del chivo expiatorio ideal para la consolidación de los poderes públicos, además de posibilitar la creación y desarrollo de un fabuloso negocio a escala planetaria.

¿Por qué la I Guerra Mundial fue el punto de inflexión en la actitud de los medios y las autoridades?

Porque es justo en ese momento, más exactamente entre 1914 y 1922, cuando la prensa empieza a construir el llamado problema de las drogas y empieza a extenderse la prohibición entre la comunidad internacional.

¿Fue igual en todas partes? ¿Cómo se desarrolló el caso español?

Más o menos igual… En principio, la política sobre drogas se inició como una iniciativa basada en el control o restricción, cuyo principal instrumento sería la receta médica obligatoria, para derivar en pocos años -en la década de los 30- en prohibición incondicional. Sus primeros objetivos fueron los médicos y los farmacéuticos, que eran quienes tenían su control y distribución. Con la prohibición el (des)control pasó a manos de la policía y la distribución a manos de criminales, y las víctimas empezaron a ser los propios consumidores.

Los directivos de un club de cannabis de Oviedo aceptan dos años de cárcel

Visto en la Cadena Ser.

Los cuatro responsables de una asociación cannábica de Oviedo acusados de vender la marihuana que cultivaban a terceros, aceptaron condenas de tres años de prisión para cada uno y multas cercanas a los tres mil euros. Asumieron un acuerdo de conformidad para evitar el riesgo de ingresar en prisión, aunque sostienen que han sido víctimas de un engaño por parte de un despacho de abogados que les aseguró que toda su actividad era legal.

Es la primera vez que los directivos de una asociación cannábica asturiana se ven ante la Justicia. La Fiscalía sostiene que su actividad era ajena a los fines expresos de la asociación: estudios botánicos y actividades gastronómicas y culinarias. La Fiscalía cree el cultivo tenía la única finalidad de la venta ilícita por lo que solicitaba penas que sumaban cinco años para cada uno de los cuatro directivos. Los acusados aceptaron el acuerdo de conformidad con penas de tres años por los delitos contra la salud pública y de asociación ilícita. Les ha sido concendida la suspensión de condena, al carecer todos ellos de antecedentes penales. Su abogado, Manuel Infanzón, subrayó que han asumido la conformidad para evitar el riesgo de ingresar en prisión, aunque aseguran haber sido víctimas de un engaño. Sin embargo, ha explicado que «actuaron siempre en la absoluta creencia de que lo hacían bajo la legalidad».

El letrado que representó en el proceso a tres de los cuatro acusados aseguró que «fueron así instruidos y asesorados, para lo que contrataron a un despacho de abogados de Madrid experto en la materia que les garantizaron desde el minuto cero que no había ningún tipo de problema legal y al final se encontraron los que se encontraron». El que fuera presidente de la Asociación relató fuera de la sala que pagó cinco mil euros a un despacho de abogados de Madrid para que redactara los estatutos y llevara a cabo los trámites para legalizar la asociación. Estaban convencidos de estar llevando a cabo actividades legales, como les habían asegurado esos abogados, hasta que intervino la Policía. Se sienten engañados por los abogados que les contactaron en una feria sobre cannabis en Irún.

Sólo para medicamentos

Cultivar marihuana es este país es fácil, si eres empresa y te vas a dedicar a la venta como medicamento derivado del cannabis.

La investigación es más complicada.

Y esta burocracia hace que algunos investigadores ni lo intenten. «Es cierto que, al no ser legal, te planteas menos cosas por las trabas que encuentras si quisieras utilizar la planta entera», concede Ekaitz Agirregoitia, investigador al Universidad del País Vasco y miembro del Observatorio Español de Cannabis Medicinal, quien también trabaja con los compuestos.

Lee el artículo completo en El Diario.es.

MMM2016 Madrid – Mi punto de vista

Autobús patrocinado por Advanced Nutrients

 

El sábado 7 de mayo de 2016 fue el día elegido para realizar la Marcha Mundial de la Marihuana MMM que desde hace 20 años viene organizando la AMEC tanto en solitario -la mayoría de los años- como en colaboración con la FAC y otros colectivos.

El día lluvioso, desde por la mañana, amenazaba la manifestación. Poco antes de las seis de la tarde dejó de llover, nos dio un respiro y pudimos «invadir» calles de Madrid como el paseo del Prado, un tramo de Alcalá y toda la Gran Vía hasta llegar a la Plaza de España donde se leyó el Manifiesto de la AMEC en la MMMM2016.

Globos verdes reivindicativos

 

La Marcha transcurrió bastante despacio, la música ambiente distorsionaba, la prensa, documentalistas… buscando a personas a las que realizar preguntas como las que le hicieron a Manuel Guzmán (en la foto), a portavoces de los convocantes, a usuarios de cannabis ya sea lúdico o medicinal.

Manuel Guzmán siendo entrevistado.

 

Cabecera MMM2016

 

Asociaciones, CSC’s y otros colectivos mostraban sus pancartas, camisetas… venidos desde distintas localidades a disfrutar de un día en el que poder reivindicar nuestros derechos.

CSC 420 y su pancarta

 

Después de varias paradas, alguna de ellas bastante larga en la que nos dio tiempo a tomarnos un café, continuamos camino, ya estamos ocupando todo el ancho de la Gran Vía, da gusto pasear por la calzada, saludar y charlar con amigos y conocidos.

Desde el autobús, se lanzaban camisetas, arengas, seguíamos escuchando música… seguimos marchando muy despacio.

Ocupando la Gran Vía

 

Hemos pasado la Plaza de Callao, nos acercamos a tomar otro refrigerio. un pequeño paseo por las calles aledañas, tomamos fuerzas para continuar nuestro camino, llegamos a la cola, está presente el servicio de limpieza, las fuerzas del orden público… de las personas que pasean unos sonríen, otros se quejan…

El servicio de limpieza finalizando la marcha

 

Llegando a Plaza de España. Accedemos a la plaza, nos ubicamos al lado del «lago», desde la AMEC leen el manifiesto que está disponible en su web.

Dejamos la calle despejada

 

Después de haber asistido a la mayoría de las marchas convocadas por la AMEC echo de menos un escenario desde el que poder leer el manifiesto, alguna actuación, batucadas… en fin una marcha más amena, una mayor difusión.

Por primera vez he notado que la manifestación ha salido a su hora o algo antes, a los 15 minutos ya estaba la cola en Cibeles.

Nota: En el autobús pudieron pasar este día personas con movilidad reducida.
Gracias a la organización por este gran detalle.

MMMM2016 Manifiesto +, fuera etiquetas, suma no restes

Ausencia de uno, dejar de estar, no ser…
no me hallo, me callo, no estoy, no soy…
silencio, me diluyo, me atasco, me hundo…
no veo, no oigo , no sé, no soy, no estoy…
pruebas, me paro, no saboreo, no escucho …
más pruebas, no soy quien era, no fluyo, no doy…
pruebo, me hundo, me atasco, no floto, no huyo…
exploro y no encuentro un camino de vuelta…
da igual, no da, si da, que más da, si soy y si estoy…
erase que se era, soy lo que era, sigo siendo quien era…
floto, nado, no huyo, escucho, huelo, saboreo y fluyo…
no me paro, camino, bailo, si sé, si soy y si estoy…
claro que importa, si da, si que da, si soy quien era…
exploro, olfateo, encuentro, hurgo, hallo y no callo…
claro que da, si da, me exploro, me hallo y no callo…
me levanto, sueno, caigo, ando, crujo, fallo y hallo…
me muevo, limpio, hurgo, buceo, encuentro y salgo…
como y hablo, hablo y abro, busco, hurgo y no callo…
pica, escuece, duele y sale fuera, si soy quien era…
erase que se era, si soy la misma que era…
reparo, extirpo, curo, sana sana culito de rana
repongo, sano, si no se cura hoy se curará mañana
como, fumo, hablo, manifiesto, me hallo y no callo.

MANI•FIESTA•ACCIÓN, 7 de Mayo de 2016, Madrid.

Dejé de escribir cartas, a particulares me refiero, hace muchos años ahora sólo escribo cartas de reclamación o de queja, de reivindicación o de lucha, de impugnación o de aporte de documentación. En fin, papeles y más papeles, pura burocracia institucional.

El correo postal ha caído en desuso silenciosamente, sin hacer ruido, ya nadie escribe cartas como las de antes cuando se estaba lejos de las personas queridas y se esperaba ansioso sus respuestas que se releían mil veces… Ahora se mira al móvil y no a los ojos. Esto me hace pensar que al no mantener correo postal de puño y letra, actualmente no se sabe leer ni interpretar los textos. Se ha perdido el hábito de leer y de escribir, con calma, con alma…las personas leen pero no entienden lo que leen o lo corrigen a su antojo. Todo va demasiado rápido, ni siquiera las palabras se escriben completas, como si nos faltara el aire, el tiempo. Raudos y veloces los amantes escriben en sus móviles tkm, bss… ¿Qué coño significa eso para los amados?

En estos últimos años he sufrido cambios que se perciben en mi a primera vista, cambios me han obligado a abandonar muchas cosas para atender a mi salud, cambiar de rumbo y plantearme otras prioridades, inquietudes e intereses. He parado, madurado y aprendido, me he roto, me he reparado y he cambiado. He dejado de confiar pero no de comprender a los seres humanos, al menos a la gran mayoría… soy más selectiva, más antisocial y encuentro menos personas a las que me apetezca conocer mas allá de lo mínimo aceptable socialmente. Han sido dos tratamientos duros y sobre todo el segundo, me ha dañado y sacudido el soma y la psique. Me ha hecho recordar los malos tiempos de hace más de 20 años, cuando el dolor me lo provocaba la abstinencia de la heroína, cuando era toxicómana. Me ha hecho recordar el mono, los escalofríos, los dolores, el malestar diario, la pérdida de peso, los cambios de humor, la tristeza. Curiosa venganza poética la del tiempo porque ahora era la droga que tenía que sanar mi hígado dañado lo que me estaba enfermando. Los sudores, las nauseas, la falta de apetito, el insomnio, el frío constante, las siete pastillas diarias, hasta el hecho físico de tener que usar jeringuillas para pincharme el interferón ha supuesto para mi un verdadero calvario.

Me he enfurecido y endurecido, me he deprimido y llorado, he pensado en abandonar pero me he defendido, he peleado y he ganado, eso sí he terminado la batalla un poco más rota pero también más sabia y más sana. He sacado fuera muchos miedos, prejuicios y malos recuerdos que estaban aplastados por mis pies para que no me salpicarán ni a mi ni a los míos. Otros miedos, prejuicios y recuerdos guardados para la intimidad no los he sacado yo pero los han hecho públicos terceros del modo más descarnado, me los han sacado a la fuerza, a traición, sin miramientos, mostrándolos a otros como si se tratara de locos gigantes con los brazos amputados que corren alocadamente salpicando sangre a su paso, para mi son huéspedes acomodados, compañeros de viaje que conviven conmigo, discretos, sin ruidos…

Todo por mi libre elección de intentar sanarme y empezar el segundo tratamiento con sólo un 50% de posibilidades de éxito y utilizar únicamente los medicamentos o drogas legales de la farmacia hospitalaria para sanar mi hígado y aliviar los efectos secundarios de este tratamiento hospitalario sin recurrir a los medicamentos o drogas legales de la farmacia comunitaria que tanto malestar me causaron en el primer tratamiento sino utilizando una droga ilegal o medicamento llamado cannabis que se cultiva de manera alegal y se dispensa de un modo poco ortodoxo diría yo, lo cual encarece su valor si se utiliza como tratamiento coadyuvante y no sabes, no quieres o no puedes cultivar.

Si bien es cierto que ni la farmacia hospitalaria, ni el médico de familia, ni ninguno de los especialistas que me han tratado han considerado contraproducente mi decisión de utilizar exclusivamente el cannabis como paliativo al tratamiento tampoco han querido mojarse mucho más allá de preguntarme: “¿A ti te funciona? Pues ya está.” Curiosamente lo que si me he encontrado es con muchas dificultades para conseguir la marihuana, desde el camello que «te tanga» hasta los regalos terapéuticos que se han convertido en posteriores amenazas e intentos de chantaje, los vendedores de humo, las dificultades para acceder a un club si no te invita al menos un socio, encontrar profesionales médicos que te expliquen el modo adecuado de administración en tu caso o la variedad adecuada a tu patología o al malestar que pretendes aliviar y sobre todo, cierta oposición rancia al reconocerlo o fumar abiertamente entre mis familiares e iguales. Era y soy fumadora pero no era «fumeta» y continúa preocupándome más a día de hoy mi tabaquismo que el uso del cannabis.

Y no me quejo porque fui recomendada al mejor médico experto en el tema, el Dr. Fernando Caudevilla que tras una sola consulta médica sobre el uso del cannabis en mi caso, me tranquilizó y resolvió mis dudas. Me considero una privilegiada ya que disponía de los contactos y el dinero para pagar una consulta privada pero ya llevaba 1/3 del tratamiento y después de seguir todos los pasos requeridos para ser usuaria terapéutica de cannabis en el club al cual me asocié y donde se portaron genial conmigo (gracias chicos), me dirigí a la federación en Madrid para hablar con el médico de ésta, tras varios correos electrónicos, el envío de mis informes médicos y hacerme abrir una cuenta de Skype (que nunca he usado por cierto) he finalizado el tratamiento sin hablar con este médico. Hablé con él en persona en la Plaza de España al terminar la manifestación del año 2015 y os aseguro que no fue el mejor momento… era mi primera marcha de la marihuana y la disfrute con ganas.

Ya puestos en el tema de la “mani” que este año será el sábado 7 de mayo en Madrid, hacedme el favor de ir, id como os dé la gana, terapéuticos y/o lúdicos, mujeres y/u hombres, de aquí y/o de allá, pero id, no calléis, haced ruido, que se nos vea, igual que se nos ve todos los días por nuestros barrios, normalicemos pero no sigamos con el tema de los usuarios terapéuticos sin atender las individualidades y las necesidades en tiempo real de los pacientes porque el dolor no espera amigos, ni los tratamientos esperan y no es fácil entrar en el círculo cannabico, ni siquiera como terapéutico. Vamos a dejarnos de separaciones porque todos coincidimos en algo, somos personas usuarias de cannabis y lo usamos como nos place de modo individual o colectivo “…sin otro límite que la minoría de edad y el daño a terceros…” como bien dice Alejo Alberdi en Hipocondría cannábica “…sin olvidar que, después de décadas de estigmatización de todo consumidor de cannabis como como un enfermo necesitado de tratamiento, la obsesión fumeta por la salud no contribuiría en nada a la refutación de los estereotipos prohibicionistas, sino más bien a su confirmación.” Mi opinión es que si no se legaliza y sólo se regula, seguirá existiendo mercado negro, embaucadores y desconocimiento sobre la planta y sus verdaderos beneficios y posibilidades terapéuticas.

Las decisiones que he tomado me han hecho encontrarme, han hecho más soportable y llevadero el dolor en los duros momentos del tratamiento y con cada una de ellas he tenido que sincerarme conmigo, parar y buscarme de nuevo para saber quien soy y quien deseo ser ahora, en 2016. Y me declaro a favor de la legalización de las drogas quisiera que se legalizaran la tenencia, el cultivo, la producción, la distribución, la venta, el estudio y la dispensación del cannabis y de otro tipo de sustancias con probada utilidad lúdica o médica. Quiero que se termine esta farsa de guerra entre drogas legales e ilegales. Eso si, con cautela y con todas las medidas de educación, sociales, de control y sanitarias que se consideren oportunas por personas expertas en el tema. Como dice el anónimo: “De la piel pa’dentro mando yo, comienza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que pueda o no cruzar esa frontera. Soy un Estado soberano, y las lindes de mi piel, me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país.

Piensa y luego ya verás si existes. Y si ves que existes, vuelve a pensar porque desde ese instante tu meta es luchar por sobrevivir y tu fin dejar de existir. Es más, me pregunto si se puede dejar de existir y seguir pensando… Y sí, se puede. Vamos, que esto de ser un “ser vivo” es un bucle infinito, una puta «batalla» cotidiana contra la vida que te ha tocado vivir y contra el puñetero cuerpo cada vez más repleto de «heridas de guerra» que se te rebela continuamente buscando alivio al dolor.

Nunca me han gustado las etiquetas pero desde que nacemos estamos etiquetados. Diría que incluso antes de nacer ya estamos etiquetados por país o lugar de nacimiento, por familias, por géneros, por razas, por religiones o creencias, por tendencias políticas e incluso por apariencia física. En el colegio ya empieza el etiquetado social: «zanahorio«, «cuatro-ojos», «empollón«, «chivato«, «chino«, «gordo«, «tonto» y así una larga lista que se convierte en un continuo que nos va colocando en la posición que tendremos de adultos como si fuéramos productos de supermercado, etiquetados y «colocaditos» bien en las estanterías correspondientes.

Peleona” me han llamado, me llaman y me van a seguir llamando aunque yo me considero socialmente crítica y ajustada a derecho porque ante cada traba burocrática que entorpezca mi camino o el de los míos, voy a continuar peleando.

Enferma” me llaman ahora, aunque yo prefiero considerarme combatiente y superviviente y debo reconocer que por primera vez en mi vida me he sentido y me siento mermada; esto no me ha ayudado en mis luchas cotidianas sobre todo porque me paraliza y, aunque me cuesta admitirlo, mi recuperación no está siendo tan rápida y satisfactoria como esperaba.

Luchadora” me llamo porque eso es lo que he sido, soy y seguiré siendo aunque mis circunstancias estén cambiando y este cuerpo presente una nueva herida de guerra pero una «gran batalla ganada».

«Fumeta» me van a llamar ahora, aunque yo prefiero considerarme una paciente libre para elegir como tratar sus dolencias entre las drogas de la farmacia comunitaria con todos sus efectos secundarios legales y la yerba con todos sus efectos secundarios alegales.

Fotografía correspondiente al año 2015 en su recorrido por la Gran Vía.

 

UNGASS 2016: Bofetón de realidad

Pese a que la mayoría de expertos partidarios de la necesidad de un cambio de paradigma en el enfoque de las actuales políticas de drogas coinciden en que UNGASS ha sido una gran oportunidad perdida, lo cierto es que ha sido la confirmación definitiva de la ruptura del consenso internacional frente a la prohibición. Esta sesión especial ha servido para que muchos se den cuenta de que no podemos seguir esperando soluciones globales de forma inmediata. Es tiempo de centrarse en los cambios locales para disponer cambios realmente globales.

La semana del 17 al 21 de abril de 2016 Nueva York fue el escenario de la Sesión Especial de la Asamblea General sobre el “Problema Mundial de las Drogas”, un encuentro adelantado a petición de varios estados latinoamericanos que debería servir para actualizar un régimen internacional de control de drogas que data, ni más ni menos, que de 1961.

Muchas eran las esperanzas puestas en este encuentro por parte de diferentes países y organizaciones de la sociedad civil, quienes desde hace ya años venían clamando una revisión de los objetivos marcados por la ONU como prioritarios en el citado “Problema Mundial de las Drogas”.

Se trataba ésta de la tercera UNGASS en la que se debería haber comprobado si los objetivos y metas propuestas en las dos anteriores (1990 y 1998) habían sido logradas y si las políticas consensuadas entonces habían sido efectivas. La respuesta, a grandes rasgos, parecía obvia. Los medios marcados, por ejemplo en 1998 tales como reducir la demanda de drogas, aumentar los controles, reforzar los mercados financieros para evitar el blanqueo, limitar el tráfico de armas u ofrecer medios de vida alternativas para los productores no habían conseguido el objetivo máximo de aquel encuentro que no era otro que el de conseguir un mundo libre de drogas en 10 años. Más aún, y como ya adelantó en un informe en 2008 la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el delito (UNODC), las medidas propuestas estaban creando “consecuencias negativas no planeadas”.  Después de 10 años se dieron cuenta que el inmenso negocio de las drogas, en manos de grupos criminales había creado unas redes delictivas gigantescas, capaces de poner en jaque a gobiernos de países poderosos pero fácilmente corrompibles con dinero de las drogas. Se dieron cuenta de que, si bien conseguían erradicar cultivos y puntos de producción de forma sesgada, éstos no desaparecían, sino que simplemente se desplazaban a otros lugares. Se dieron cuenta de que poniendo tanto dinero en represión, poco o nada quedaba para la promoción de la salud de las personas usuarias de drogas, las cuales además estaban cada vez más estigmatizadas y marginadas.

Pese a que los indicadores dejan bien alas claras el fracaso de estas propuestas, la ONU sigue mirando para otro lado enfangada en su lentísimo y poco efectivo entramado institucional incapaz de moverse con la rapidez y agilidad necesarias en el momento actual.

La declaración política resultante de esta sesión fue aprobada en dos minutos el primer día del encuentro, ya que ya había sido discutida y negociada un mes antes en el Consejo de Estupefacientes (CND) en Viena. Esto nos ofrece pistas sobre el porqué de la imposición de una visión menos abierta al cambio, propia de los países del norte global. La CND tiene una participación muy limitada en la que más de 70 países del sur no tienen presencia alguna, esto es, un total de 53 países son los que toman las decisiones de aplicación universal. Asimismo, los representantes de los países participantes suelen ser generalmente representantes relacionados con instituciones fiscales o de carácter legal, lo que hace que la visión y el tratamiento de estos problemas se haga exclusivamente desde estos prismas, dejando de lado indicadores sociales o sanitarios.

Por otro lado cabe destacar que el proceso de redacción y negociación se convirtió en un proceso bastante opaco, fuertemente controlado por la Junta de la UNGASS, falto de transparencia y objeto de numerosas críticas por parte de los países y la sociedad civil que abogan por la reforma. De entre los países menos partidarios al cambio, hay un bloque tremendamente beligerante liderado por Rusia, China, Emiratos Árabes, Irán, y algunos países del sudeste asiático que siguen en su visión de la necesidad de perseguir las drogas y reprimir todo lo que tenga que ver con éstas. Precisamente fueron ellos los que bloquearon la posibilidad de que esta declaración pudiera hacer referencias a los costes de la prohibición y a la necesidad de una búsqueda de alternativas. Este grupo de países, entre los que muchos de ellos aplican aún la pena de muerte ante delitos relacionados con las drogas, impidieron que el texto incluyera referencias a las políticas de reducción de daños o a la necesidad de regular ciertos mercados de drogas.

Pese a que los avances han sido tímidos, podemos afirmar que esta sesión ha servido para romper definitivamente el consenso internacional frente a la prohibición. Ya hay un bloque enorme de países, entre los que se encuentran México, Canadá, Colombia, Uruguay, Bolivia o Suiza entre otros que abogan por superar de una vez por todas la dicotomía clásica de la política de reducción de la oferta y la demanda. Gracias en gran parte a ellos, la declaración incorpora ciertos guiños a la proporcionalidad de las penas y al respeto a los Derechos Humanos, así como la necesidad de que instituciones como la OMS comiencen a tener más presencia en la toma de decisiones, incorporando el prisma sanitario a la toma de decisiones. Pese a ello, esta declaración no logra explicar qué es lo que significa realmente eso del cumplimiento de los derechos humanos y tampoco incorpora las recomendaciones procedentes de los organismos competentes de las Naciones Unidas en materia de derecho a la salud o de derechos indígenas.

Con todo podemos extraer una conclusión clara. El gigante de la ONU se ha demostrado incapaz de comenzar un cambio supranacional, y la principal consecuencia es que los cambios efectivos sólo podrán venir desde lo local. A partir de ahora serán las ciudades, las regiones y los países las que deberán abordar los cambios necesarios para combatir los problemas relacionados con la producción, distribución y consumo de drogas. Ellos y sólo ellos deberán ser soberanos y valientes a la hora de afrontar estos cambios y adaptar sus leyes a esta nueva realidad. No podemos esperar más a que el cambio venga desde fuera, debemos impulsar desde lo local para conseguir cambios globales.

Por Joseba del Valle, Fundación RENOVATIO

Visto en el blog de Foro Cannabis.

Comunicado urgente Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM)

Ante la triste noticia anunciada ayer en Francia, en la que se apuntaba erróneamente al cannabis como causante de una muerte cerebral y cinco enfermos graves entre los participantes de un ensayo clínico, el Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM) quiere manifestar lo siguiente:

  • El Ministerio de Sanidad de Francia ha confirmado oficialmente que el fármaco empleado en el ensayo no contiene ningún tipo de cannabinoide, ni natural, ni sintético. Por tanto, los usuarios de cannabis medicinal pueden estar completamente tranquilos.
  • La incorrecta mención al cannabis en las noticias difundidas ha generado una situación de alarma completamente innecesaria e injustificable. Por ello, insistimos en la obligación de aportar información veraz, rigurosa y científica sobre el cannabis y sus usos terapéuticos.
  • Los laboratorios Bial (responsables del fármaco en estudio) han informado que éste era un un compuesto inhibidor de una proteína denominada FAAH (del inglés “fatty acid amide hydrolase”, en castellano “hidrolasa de amidas de ácidos grasos”).
  • Otros compuestos inhibidores de la FAAH ya se han utilizado previamente en estudios clínicos y no han producido toxicidad aparente. Aunque aún no se dispone de toda la información necesaria para dar una explicación a los efectos adversos producidos en el ensayo francés, estos podrían deberse bien a problemas de toxicidad inherentes a las características moleculares del fármaco utilizado, bien a su efecto inhibidor sobre la proteína FAAH. En este último caso, la inhibición de FAAH podría producir en el organismo un aumento en niveles de amidas de ácidos grasos. Puesto que en nuestro organismo existen decenas, si no centenares, de diferentes amidas de ácidos grasos, es todavía muy aventurado a estas alturas intentar definir cuál de estos múltiples compuestos podría haber sido el causante de los graves efectos adversos.Atentamente,

Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM)

Manifiesto de apoyo a Pannagh

Manifiesto de apoyo a la Asociación Pannagh.

Tras la sentencia nº 788/2015 de la Sala 2ª del Tribunal Supremo, por la que se condena a cuatro miembros de la Asociación de Personas Usuarias de Cannabis Pannagh a penas de prisión y cuantiosas multas por un supuesto delito contra la salud pública, las personas y entidades firmantes queremos manifestar:

  • Tal y como quedó acreditado en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Bizkaia, y como se recoge en la sentencia absolutoria dictada por la misma, Pannagh es una entidad “legalmente constituida”, cuyos miembros son personas “mayores de edad”, “debidamente identificadas”, y todas ellas “eran consumidoras de cannabis”. En aplicación de sus estatutos y para lograr el “acceso a cannabis con garantías de calidad sin vulnerar las disposiciones legales aplicables al caso”, “se estableció y se aceptó por los socios la actividad de cultivo para consumo privado”, que incluía “medidas de control para evitar la difusión de la sustancia producida a terceras personas”, difusión que no se ha acreditado que sucediera nunca. Los socios pagaban una “cuota proporcional destinada a cubrir los gastos propios de la asociación y del cultivo”, sin que exista indicio alguno de desvío del dinero a otros fines, de enriquecimiento, ni de que Pannagh pudiera haber servido de “cobertura formal” para la venta de cannabis a terceros. También se ha probado que el cannabis incautado estaba destinado exclusivamente al consumo de los miembros de la propia asociación.
  • Sin embargo, la sentencia del Tribunal Supremo altera el relato de los hechos probados para concluir la existencia de delito. El principal argumento es que, aunque el cannabis producido por Pannagh nunca fuera entregado a personas no socias, existe un riesgo potencial de difusión de la sustancia a personas ajenas a la asociación por parte de los socios. Es decir, los cuatro miembros de Pannagh son condenados a prisión por actos que, de haber sucedido –lo cual no está acreditado-, habrían sido cometidos por otras personas sin su conocimiento ni autorización, lo cual es claramente injusto. Además, al presidente y a la secretaria se les imponen multas de 250.000 euros, una cantidad desproporcionada teniendo en cuenta que se considera probado que no intentaron enriquecerse.
  • La Sala 2ª del Tribunal Supremo aprecia la existencia de un “error vencible de prohibición”, es decir, reduce las penas en un grado al considerar que los condenados podían tener motivos para creer que sus acciones no constituían delito, pero a la vez se niega a absolverles afirmando que no hicieron lo suficiente para salir de su error. La sentencia afirma que “tenían la carga de verificar la licitud de la actividad que se proponían desplegar, de tomar conocimiento sobre si la conducta se hallaba en consonancia con el orden jurídico” y que se comportaron con imprudencia al actuar “alentados por la infundada esperanza de que su actuación podría ser tolerada”. La Sala considera que los acusados “no hicieron nada por superar ese error”, “huyeron de mecanismos que habrían logrado disipar dudas”, “se cuidan de ocultar la producción de cannabis y su distribución entre los socios”, y añade que “muchos datos inclinan a pensar en una actitud muy próxima a la relativa indiferencia”.

Sin embargo, lo cierto es que las actividades de la asociación Pannagh han sido objeto de reiteradas resoluciones judiciales que han afirmado su licitud penal, destacando el Auto nº 218/2006 de la Audiencia Provincial de Bizkaia y el Auto nº 377/2012 de la de Álava, habiendo sido en ambos casos devuelto a Pannagh el cannabis incautado. Esas resoluciones han sido ampliamente difundidas a través de los medios de comunicación y son, por tanto, del público conocimiento, igual que las propias actividades de Pannagh, que han sido sido claramente toleradas durante años por distintas instituciones públicas. No cabe, por tanto, hablar de “infundada esperanza”, sino más bien de una convicción bien fundamentada, compartida incluso por distintos tribunales de justicia.

También es conocido que entre las actividades llevadas a cabo por Pannagh se encuentran iniciativas de solicitud de amparo promovidas ante diversas instituciones, como el Ararteko (Defensor del Pueblo del País Vasco) o el Parlamento Vasco, a causa de la inseguridad jurídica en la que se encuentran este tipo de entidades. Estas iniciativas, desarrolladas junto con otras asociaciones, dieron lugar a la organización de un Foro por parte del Ararteko en 2011, y a la creación de una ponencia en el Parlamento Vasco en 2012. Difícilmente se puede hablar de “indiferencia”, o de que los acusados y el resto de Pannagh no hicieran nada por salir de su error.

Además, tampoco es creíble que se intentaran ocultar las actividades de cultivo de Pannagh cuando su presidente, Martín Barriuso, ha dado a conocer el modelo de funcionamiento de su asociación y de los llamados Clubes Sociales de Cannabis en muy diversos foros, instituciones y medios de comunicación de diversos países, habiendo sido invitado para ello, entre otras instituciones, por la Comisión Mixta de Drogas de las Cortes españolas, la Presidencia de la República del Uruguay, la Asamblea de la República de Portugal, y la Comisión Europea.

Por todo ello, las personas y entidades firmantes reclamamos públicamente que se remedie lo antes posible la injusticia cometida con esta sentencia de la Sala 2ª del Tribunal Supremo.

Enero de 2016

Firma el manifiesto de apoyo

Vía CatFac.

[Re]Apertura de la Videoteca de Cannabis y más

Abrimos la Videoteca de Cannabis y más de nuevo a las 10 de la mañana.

Faltan algunos videos por subir de los que ya había -unos 200- que se están terminando de preparar, así como una tanda de nuevos documentales, algunos de éstos, ya están en línea.

Si tienes añadido para visionar en tus páginas los videos, actualiza el código de inserción por el nuevo.

También está adaptado a dispositivos móviles.

Esperamos que este cambio os guste y os siga siendo de utilidad.

En el caso de encontraros con algún error, comunicar un video que se quiere ver lo antes posible y no lo encuentras…, ponte en contacto con nosotros a través del formulario habilitado para ello en esta página.

Martín Barriuso: 'La sentencia contra 'Pannagh' es política'

29/12/2015.

Martín Barriuso, presidente de la Asociación de cannabis Pannagh, dice que la sentencia en la que los acusan de haber cometido un delito contra la salud pública vulnera los derechos humanos.

Visto en EITB.

Comunicado de la Asociación Pannagh

El Tribunal Supremo condena a cuatro miembros de Pannagh a penas de cárcel en una sentencia plagada de errores y contradicciones. Además de las condenas de cárcel, impone multas de 250.000 euros, a pesar de considerar probado que no hubo enriquecimiento.

Frente a la acusación de “ocultar sus verdaderos fines”, los miembros de Pannagh recuerdan que cuentan con varios precedentes judiciales favorables y que han acudido a diversas instituciones públicas. La sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha estimado parcialmente el recurso de la fiscalía contra la sentencia de la Audiencia de Bizkaia que absolvió a los miembros de Pannagh del delito de tráfico de drogas. Ahora, el Supremo los condena a penas de un año y ocho meses de cárcel y multas de 250.000 euros para el presidente y la secretaria, y de seis meses y un día en el caso de los dos socios que trabajaban en el envasado de la cosecha. El tesorero ha sido absuelto por una omisión de la Audiencia.

Para condenar a los otros cuatro acusados, los miembros del Supremo se basan en una argumentación plagada de errores y contradicciones flagrantes, y que además prescinde de datos fundamentales  aportados a la causa y que son relevantes para la defensa. En opinión de Pannagh, se trata claramente de una sentencia política, destinada a desmantelar el movimiento asociativo cannábico, y basada en una visión totalmente distorsionada y desfasada de la realidad social del cannabis en el estado español.  Se dice que los condenados actuaron “alentados por la infundada esperanza de que su actuación podría ser tolerada o confiando en que algunos órganos judiciales pudieran acoger la tesis que propugna la irrelevancia penal de estos hechos”, olvidando el hecho de que las actividades de Pannagh ya fueron consideradas penalmente irrelevantes por la Audiencia Provincial de Bizkaia en 2006 (Auto nº 218/06) y por la de Álava en 2012 (Auto nº 377/12), habiendo sido en ambos casos devuelta la marihuana incautada. Por tanto, los hoy condenados no tenían una “infundada esperanza”, sino la certeza, basada en antecedentes judiciales, de que su conducta no era delictiva.
También se dice que hubo “ocultación de los fines reales de la asociación” e “indiferencia” ante la posible ilegalidad. Se ignoran así las iniciativas de solicitud de amparo promovidas por Pannagh ante diversas instituciones, como el Ararteko o el Parlamento Vasco, que entre otras cosas dieron lugar a la creación de una ponencia parlamentaria en éste último, a pesar de que tanto estas iniciativas como los autos de las Audiencias Provinciales constan en las diligencias practicadas durante la fase de instrucción y en las alegaciones presentadas por la defensa en la fase de recurso.
La nueva sentencia se limita a reproducir casi literalmente las dictadas con anterioridad contra las asociaciones Ebers, de Bilbao, y Three Monkeys, de Barcelona. La copia es tan literal que se llega a incriminar a los condenados por cuestiones que se supone figuran en los estatutos de Pannagh, cuando en realidad se refieren a las otras asociaciones condenadas. Lo más llamativo es que los verdaderos fines de Pannagh se detallan en los antecedentes de la sentencia y se puede ver claramente que en absoluto coinciden con lo que se dice luego en los fundamentos.

Este tipo de errores se repiten en varios puntos más, con el resultado de que el relato de los hechos queda seriamente alterado. Al tratarse de un recurso de casación, la nueva sentencia debe basarse en una nueva valoración jurídica de los hechos que se consideraron probados en la sentencia recurrida, hechos que no pueden modificarse. Sin embargo, los cambios introducidos son numerosos, decisivos y, sobre todo, contrarios a Derecho, lo que vulnera el derecho a un proceso con las debidas garantías. Además, se han introducido nuevas pruebas sin que haya habido una vista donde las partes puedan contrastarlas. Se condena a los miembros de Pannagh en base a, entre otras cosas, lo que se supone que sabían o a sus supuestas intenciones, cuestión que no se planteó en el juicio, y sobre la que el Supremo no ha oído a los acusados antes de condenarles, como exige la ley.

Como ejemplo de esas contradicciones, la sentencia del Tribunal Supremo habla de “falta de control y de los demás elementos exigidos jurisprudencialmente para los supuestos de atipicidad del pretendido consumo compartido”, mientras que la sentencia de la Audiencia Provincial dice que se “evidencia un control de la entrega de las sustancias y de la persona a quien se realizaba la entrega”, y que hay “un efectivo control tanto de los socios a los que se entregan la sustancia estupefaciente como de que las sustancias entregadas a cada socio se correspondían con la previsión de consumo del socio participe, control totalmente innecesario en la hipótesis de que no se tratara de un cultivo compartido”.

Otra contradicción llamativa se refiere a que entre los hechos probados en la sentencia de la Audiencia (que, recordemos, el Supremo no puede alterar) se dice que “se estableció y se aceptó por los socios, la actividad de cultivo para consumo privado”, y que la sustancia producida “estaba destinada al consumo de dichos socios conforme a los fines y reglas de Asociación y el acuerdo de los socios”. Incluso la fiscalía, en su recurso, reconoce que “la Asociación Pannagh puso en funcionamiento un sistema de cultivo de cannabis”. Sin embargo, asombrosamente, la sentencia del Supremo afirma rotundamente que “un reducido núcleo de personas organiza, y dirige la estructura asociativa; disponen y preparan toda la intendencia, abastecimiento, distribución, control, cultivo,… y ponen tales estructuras al servicio de un grupo amplio e indiscriminado de usuarios”. Con esto se falta al exigido respeto a los hechos probados, que, como se ha visto, dicen lo contrario: Fue la asociación Pannagh, que no es un “grupo indiscriminado” sino una entidad legalmente constituida con miembros claramente identificados, quien decidió crear tales estructuras y contrató a los ahora condenados para que las llevaran a cabo en calidad de empleados.

Los condenados han anunciado su intención de presentar un incidente de nulidad ante el Supremo, previo al recurso de amparo ante el Constitucional, ya que consideran que, entre otras cosas, se ha vulnerado su derecho a la presunción de inocencia, a un proceso con las debidas garantías y a la proporcionalidad en las penas. También han anunciado su intención de recurrir al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo si fuese necesario. Los miembros de Pannagh van a convocar en los próximos días una rueda de prensa junto con representantes del movimiento asociativo cannábico para valorar la sentencia y anunciar las iniciativas que piensan llevar a cabo para denunciar este atropello.

La asociación Pannagh quiere denunciar que se haya castigado a varios trabajadores de la asociación por actividades que, como se demostró en el juicio y así consta en la sentencia revocada, fueron iniciativa y responsabilidad de todos los miembros de Pannagh, conforme a sus estatutos y mediante acuerdo asambleario. Se ha acusado a cinco socios de asociación ilícita para luego descartar esta acusación, pero al final el Supremo ha ordenado el decomiso del dinero de las cuentas de Pannagh como si la asociación hubiese sido una mera pantalla de los acusados para cometer delitos, cuando en los hechos probados se afirma lo contrario.

Finalmente, desde Pannagh animamos a seguir luchando por un cambio en las políticas de drogas que acabe con la injusta situación actual, y a seguir impulsando el esperanzador debate sobre la regulación del cannabis que se está produciendo en buena parte del mundo, al que Pannagh ha tratado de contribuir desde su fundación en 2003.

Bilbao, 28 de diciembre de 2015
Asociación de Personas Usuarias de Cannabis Pannagh
pannagh2015@gmail.com

Los mayores mitos sobre la marihuana, desmentidos por un experto

Visto en Dinafem.

De la marihuana se dicen muchas (y negativas) invenciones: que causa fracaso escolar, que la legalización aumenta el número de consumidores o que genera delitos y criminalidad. Sin embargo solo son mitos y habladurías fomentados por quienes se oponen a la planta y a la legalización. Dinafem ha podido analizarlos y derribarlos con ayuda de un experto español sobre el tema.

Cada vez son más los expertos que suman sus fuerzas para analizar las propiedades del cannabis y poner sobre la mesa todo su potencial. Sus investigaciones hacen frente a las habituales teorías conspiratorias que posicionan a la planta en un lugar en el que no merece estar. Son habladurías y muchas invenciones las que persiguen a la marihuana, contribuyendo al prohibicionismo y creando dudas entre los usuarios.

Hace algunos días, Kevin Hill, psiquiatra, experto en adicción del Hospital McLean de la Escuela de Medicina de Harvard y autor del libro ‘Marijuana: The Unbiased Truth about the World´s Most Popular Weed’, comenzó un hilo en Reddit con el que dejaba abierto el camino para que cualquiera le preguntara lo que quisiera saber sobre la planta. En respuesta encontró cientos de preguntas que demuestran las cuantiosas dudas que aún existen en este ámbito y la necesidad de que un experto las resuelva.

Con esa misma intención, Dinafem ha hablado con Josep Rovira Guardiola, director del área de Drogas de la Asociación Bienestar y Desarrollo. Rovira opina que el futuro del cannabis pasa por una reorientación de las políticas de muchos países y por una reducción en el número de consumidores sancionados.

Cree que progresivamente se irá aceptando la posesión para consumo personal y que diversos países impulsarán modelos de regulación hasta llegar a un punto en el que «las evidencias harán imposible volver al pasado». El experto español ha respondido a nuestras preguntas sobre los principales mitos que existen sobre la marihuana.

¿El consumo de marihuana causa fracaso escolar?

El profesional explica que, aunque existen muchos mitos, él resalta el que relaciona su consumo con el fracaso escolar. No lo hace porque le parezca el más peligroso, sino porque se repite constantemente. Dice que, aunque pueda haber alguna relación estadística entre consumo y fracaso, eso no significa que lo primero provoque lo segundo. De hecho, «el fracaso es predecible en población escolar mucho antes de que algunos de los chicos y chicas empiecen a fumar».

Por tanto, esa relación es igual de cierta que decir que quienes fracasan en los estudios van a consumir marihuana, cuando no es cierto. El fracaso escolar tiene múltiples causas y la relación entre este y la hierba nunca ha sido referenciada por autores de prestigio «ni tiene visibilidad en las memorias del Ministerio de Educación».

¿La legalización del cannabis aumenta el número de consumidores?

Otro de los grandes mitos es el de que su legalización atrae a más personas a consumir. Explica Rovira que, aunque tal vez exista un incremento de quienes experimentan con la hierba al inicio, nada hace afirmar que una mayor disponibilidad del producto conlleve a un aumento de su consumo. «Cada vez tenemos más evidencias que lo demuestran».

Pone de ejemplo la experiencia de Países Bajos, donde el acceso libre de adultos a la planta es posible desde hace décadas y «sus tasas de consumo no son las mayores de la Unión Europea, ni entre adultos ni entre adolescentes».

¿Es la planta una puerta de entrada a ciertas drogas?

Muchos, alentados en parte por los medios de comunicación, son los que piensan que consumir marihuana hace que, después, se acceda a ciertas drogas. Sin embargo, según este experto, quienes consumen cannabis no van mucho más allá a la hora de consumir otras sustancias. De hecho, afirma que «la teoría de la escalada es un mito sin ninguna base científica», puesto que no existe ningún proceso químico que haga tomar otras sustancias por consumir cannabis. Lo único que existe, dice, «es una probabilidad y solo una probabilidad de ello por contextos sociales» y por causa del mercado ilegal.

¿Provoca algún tipo de psicosis?

El experto explica que muchas veces hay quien establece una relación directa de causalidad entre consumir la planta y desarrollar psicosis. Si fuera cierto que genera problemas psiquiátricos, entonces, «con el aumento de consumo que tuvimos en los años 90 y principios del 2000 deberíamos haber tenido una proporcionalidad igual en el incremento de psicosis y no fue así».

Rovira dice que no es posible afirmar que quienes sufren esos problemas desarrollen psicosis tras consumir. Asegura que, en muchas ocasiones, esas personas ingieren cannabis como una manera de mitigar su malestar.

¿Es más adictiva que la heroína?

Por otro lado, suele afirmarse que la marihuana es más adictiva que drogas como la heroína. El experto asegura que esta cita es falsa, puesto que solo una proporción muy pequeña de quienes fuman hierba por el THC pueden generar algún tipo de adicción. En todo caso, es algo poco frecuente y que supone «una gran diferencia con respecto al consumo de alcohol o de cocaína».

Además, en relación al síndrome de abstinencia (los efectos que tienen lugar cuando alguien deja una sustancia psicoactiva), explica que existe cierta controversia, puesto que son signos poco objetivos y síntomas de tipo psicológico de intensidad moderada que podrían ser atribuibles a la personalidad del individuo.

¿La marihuana aumenta los delitos?

Más allá de esto, muchas veces se asocia el consumo de cannabis con el aumento de los delitos y mayor criminalidad. Rovira cree que esa concepción es una «soberana chorrada» y que solo se explica por el estigma y la criminalización que se ha generado en torno al consumidor, motivados por las políticas prohibicionistas «y absolutamente alejadas de seriedad, evidencia y buen criterio».

Tal vez con ayuda de la opinión de este tipo expertos sea más fácil eliminar poco a poco los prejuicios que aún acompañan al cannabis. Junto con las continuas investigaciones científicas sobre sus propiedades, serán de gran ayuda para seguir sumando puntos en la lucha contra el estigma que envuelve a esta planta.

Entrevista Fundación Renovatio a Òscar Parés

Óscar Parés1 ponente de la IV edición del Foro Social de Cannabis. Licenciado en filosofía y antropología por la universidad de Barcelona.
Subdirector de la Fundación ICEERS.
Visto en Foro Social Internacional de Cannabis.

  1. Òscar Parés – Subdirector y Coordinador de las Redes Sociales

    Òscar Parés, actualmente vive en Barcelona. Es licenciado en Filosofía y Antropología. Posteriormente, cursó un Máster en Drogodependencias por la Universidad de Barcelona. En los 14 años siguientes se interesó en el uso de las herramientas etnobotánicas en contextos indígenas, así como en la psicoterapia moderna a través de la técnicas de expansión de la consciencia. En la actualidad, colabora en el equipo de prevención de drogas del Programa de Abuso de Sustancias de la Dirección General de Salud Pública, coordinado por el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya. Òscar Parés, ha realizado cursos de formación en materia de prevención de problemas relacionados con el consumo de drogas en escuelas e institutos, dirigido a profesores, académicos, profesionales de salud pública, tales como médicos, enfermeras, terapeutas, policías, personal sanitario de turnos de noche, presos jóvenes, etc. También está involucrado diferentes en proyectos europeos como Democracy Cities & Drugs, Newip, Club heath conference, Psychonaut Drojnet2, etc.

Uso terapéutico de la marihuana en la enfermedad de Parkinson

El 30 de junio de 2015, el Dr. Osvaldo Trujillo Godoy, neurólogo especializado en Trastornos del movimiento y Parkinson, brindó una charla abierta en nuestra Liga Chilena contra el mal de Parkinson. El tema central fue el uso terapéutico de la marihuana (cannabis) en la enfermedad de Parkinson, en base a los estudios científicos que se han realizado. La charla buscó evitar los prejuicios que tanto condicionan el tratamiento de este tema, abordándolo con evidencia científica, prudencia y apertura, tanto por parte del doctor Trujillo como de los asistentes.

El Dr. Osvaldo Trujillo Godoy se desempeña en nuestra institución y otras importantes instituciones y cuenta con una vasta trayectoria profesional en neurología y, particularmente, trastornos del movimiento. Agradecemos que abordara este tema, del que poco se habla públicamente por parte del sector médico y científico, y aportara con ello saber científico y explicaciones basadas en ese saber.

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