Cada vez que leo una noticia de este tipo me llama la atención, California parece ser un estado en el que los votantes después de varios años de lucha por el uso del cannabis como medicina, siguen al pie del cañón, sin desvanecer y teniendo en cuenta todas las trabas que les han ido poniendo desde la administración central.
La no medicinal: esta semana en Goleta, la policía halló una granja de marihuana bajo techo: más de 360 plantas y 60 libras de la droga ya elaboradas para su venta ilegal. [AP /Departamento del Sheriff del condado de Santa Bárbara] ()
Han pasado 12 años desde que los votantes de California aprobaron en las urnas la legalización del uso de la marihuana, siempre y cuando sea para fines medicinales, pero aún hoy Virgil Grant tiene que tratar sus dolores a escondidas en casa.
«La marihuana es medicina natural que nos da la Tierra. No tendría que haber nada de malo en usarla cuando además los votantes lo han apoyado y hay numerosos estudios que señalan los beneficios médicos que aporta», dijo Virgil, que desde hace ocho años consume esta sustancia para contener los dolores en la espalda que de otra forma, asegura, le impedirían dormir.
A través de la Resolución 20, el Senado de California ha exhortado al presidente George W. Bush y al Congreso de Estados Unidos a que la Oficina Federal contra el Narcotráfico (DEA) respete las leyes estatales en esta materia, así como a devolver las cantidades que han sido confiscadas por las autoridades y que estarían vinculados con el uso medicinal.
Sólo contabilizando desde el año pasado hasta la fecha, California ha sido escenario de 28 redadas donde la DEA ha confiscado dispensarios y plantaciones de marihuana, cerrando todos aquellos lugares en los que se cultivaba.
Con un resultado de nueve votos a favor y uno en contra, el Concejo Municipal de Los Ángeles respaldó ayer la resolución estatal mediante una disposición presentada conjuntamente por los ediles Dennis Zine, Janice Hahn y Bill Rosendahl.
«Nuestro objetivo es mantener bajo control la venta de marihuana medicinal y que esté regulada por una entidad municipal para que la distribución sea segura y accesible a las personas que realmente necesitan el cannabis», constató Zine.
La Proposición 215, aprobada en 1996, considera que quienes consuman marihuana con propósitos medicinales, así como quienes la vendan con estos fines, no están sujetos a determinadas regulaciones penales, por lo que Michael Levitt, quien la consume desde hace 25 años para paliar la diabetes, afirma en tono orgulloso que no es un criminal.
Pero lejos de la realidad, «las autoridades tienen el derecho de perseguir a quienes consuman marihuana», recordó Don Duncan, director estatal de la organización American for Safe Access, ya que la medida aprobada por los votantes se contrapone a la ley federal sobre el control de sustancias de 1970.
«La ley federal es la que está deteniendo el uso legal de la marihuana con fines medicinales», dijo Duncan. «La Suprema Corte no ha rechazado la Proposición 215, sino que son las reglas federales las que no dejan que quienes la necesitamos para sentirnos mejor podamos consumirla», añadió Levitt.
«Los residentes de California hablaron alto y claro diciendo que el cannabis debería estar disponible a los pacientes enfermos. En una época en la que las administraciones locales, estatales y federales están enfrentando reducciones en sus presupuestos, el gobierno no debería estar gastando dinero alejando la medicina de la gente que la necesita», indicó Hahn.
Rubén Moreno