Público: El aprendizaje de la decepción

Público: Fomentando pánicos morales desde el año 2007íÉramos muchos los que pensábamos que Público, el nuevo diario de difusión nacional, iba a marcar distancias con sus colegas de la prensa en su tratamiento de las drogas, pero la publicación en este periódico de la enésima alerta sobre la amenaza imaginaria de daños mentales causados por el cannabis a cargo de los ‘expertos’ de siempre, tal cual y sin el menor contraste, ha causado una reacción bastante virulenta entre sus lectores. Algunos ejemplos extraídos de los comentarios:

«Vaya birria de artículo. Ya sabía yo que Público no iba a atreverse a tratar el tema de las drogas desde una perspectiva racional y progresista, pero confirmarlo me entristece igualmente. En definitiva nos ofrecéis más de lo mismo que hay en todas partes: ‘uh, qué malas que son las drogas’. Pues vale.»

«Segunda decepción consecutiva con Publico, tras lo de la noticia de las inmobiliarias del otro día ahora esto. Muy a mi pesar, ya que había puesto esperanzas en vosotros, sois como los demas periódicos, llenos de prejuicios. Ni las viviendas van a subir (menuda tontería y recurso de última hora de las constructoras al que publicándolo dáis cuartelillo) ni los porros son peores que otras sustancias totalmente legales y aceptadas socialmente por todos.»

«Casi 35 años fumando porros (tengo 54) y el único trastorno que he llegado a padecer es que gente con 3 o 4 JBs en el cuerpo, o medio mamada de cerveza, me llamaran drogadicta.»

«15 años fumando de manera ocasional y ni un leve problema de ningun tipo. Va siendo hora de que algun medio que no sea considerado anti-sistema se posicione claramente en este asunto.»

«Poco objetivo. Aprovechan que el consumo de cannabis a edades tempranas es malo, como el consumo de cualquier otra droga para atacar de paso el consumo responsable de cannabis. Lamentable seguidismo.»

Público todavía está a tiempo de rectificar. Desde la FAC nos hemos ofrecido a aportar nuestro punto de vista sobre este asunto, un punto de vista que, en aras de la necesaria objetividad que todo medio de comunicación está obligado a mantener (y que ninguno mantiene cuando de drogas ilegales se trata) es imprescindible en un periódico que gusta de presentarse como diferente de los demás. Máxime cuando los ‘expertos’ que hablan en el artículo no ofrecen el menor dato que respalde sus afirmaciones sobre el papel del cannabis en el aumento de las enfermedades psiquiátricas y, no contentos con esto, invaden campos que no son de su competencia profesional.

Un catedrático de Bioquímica como el señor Ramos Atance no está particularmente cualificado para opinar sobre jóvenes, visiblidad social o educación, mientras que Enriqueta Ochoa, la psiquiatra consultada, muestra un desconocimiento palmario sobre los objetivos y los argumentos del movimiento a favor de la normalización del cannabis (bautizado torticeramente, y siguiendo la maloliente estela de Amador Calafat, como «cultura procannabis»). Métase sus infamias por donde le quepan, señora Ochoa; hable cuanto quiera del Risperdal y el Lagarctil, pero deje estas cuestiones para quienes podemos hablar de ellas.

Si quieren conocer de primera mano y sin distorsiones malintencionadas cuál es nuestra postura, aquí estamos. Si, por el contrario, Público se va a sumar al linchamiento mediático, a la patraña perpetua y a la difusión acrítica de propaganda antidroga, que se vaya preparando para perder unos cuantos miles de lectores.

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Vía: FAC

Algunas imágenes: BrUTE