Un grupo de personas con inquietudes sobre la legalización de esta planta fundan la primera asociación sin ánimo de lucro oficial de la ciudad. En estos momentos cuenta con 15 socios
Cinco personas se encuentran en una habitación de un piso de Reus alrededor de una de sus inquietudes, la marihuana. En medio de un ambiente cargado de humo y de un fuerte olor a cannabis se cierran los últimos detalles para iniciar unas charlas sobre su uso terapéutico.
Fum de Reus, éste es el nombre del primer club de fumadores de marihuana que está en marcha en la ciudad. Artur Sardà, psicólogo en drogodependencia, es uno de los responsables de la constitución de esta asociación de la cual en toda España sólo hay una cuarentena. «Llevábamos tiempo sopesando la creación de una asociación de este tipo hasta que nos decidimos a principios del año pasado», recuerda Sardà mientras hace una calada a su porro. A partir de aquel momento él y sus amigos empezaron a trabajar para constituir de forma oficial la entidad a través del Departament de Justícia de la Generalitat como cualquier otra asociación.
«Para constituirnos elaboramos unos estatutos muy claros y concisos para obtener el beneplácito de la Generalitat», explica Sardà. Entre estos consta explícitamente que sus miembros no pueden ofrecer ni vender marihuana, que ninguna persona no socia participará de las reuniones y que la entidad es sin ánimo de lucro. Para mantener todos estos puntos en regla, los miembros de Fum de Reus –oficialmente en el registro constan como Associació de fumadors i usuaris de Marihuana de Reus– disponen de una pequeña plantación en un lugar indeterminado que se reparte entre ellos para su propio consumo.
Pocos socios
Si bien en esta reunión hay cinco socios, en la actualidad son un total de 15 y su intención es llegar en breve a los 30. Aún así, Sardà tiene claro que no superarán esta cifra porque «la idea que tenemos es la de un club de fumadores pequeño, manejable y que nos conozcamos todos. No queremos ser muy numerosos para controlar que los estatutos se cumplen». Además, consideran que si hay más gente interesada resultará más beneficioso para la ciudad que existan más clubes similares para actuar como «lobbys de presión» para su legalización.
En estos momentos, una de sus principales preocupaciones es la de cerrar el alquiler de un local donde poder reunirse, ya que de forma puntual se han quedado sin lugar de reunión. «Estamos trabajando distintos proyectos para ponerlos en marcha en breve y demostrar que no hacemos apología del hecho de fumar marihuana», añade uno de los presentes que prefiere no revelar su identidad. Una situación, señalan, que demuestra los prejuicios que todavía rodean este mundo a pesar de estar legalizados como una asociación sin ánimo de lucro más.
Actividades paralelas
Cocina cannábica, charlas sobre sus propiedades medicinales o disponer de un fondo documental sobre el cultivo y los beneficios y prejuicios de fumar cannabis son los aspectos que tratan en las reuniones, unas dos o tres por semana. En esta línea Sardà, que lleva años fumando y aconsejando sobre el uso racional, comenta que el debate sobre la legalidad de esta planta está «demasiado politizado» y que existe un gran desconocimiento.
En este sentido los presentes aseguran que los clichés como ‘los porros te llevan a consumir otras drogas’ son falsos y que en la mayoría de los casos «los problemas son de las personas y no de la marihuana». Y es que los socios creen que gran parte de la sociedad desconoce los beneficios que el cáñamo tiene entre los enfermos de cáncer o sida y sus grandes diferencias con las drogas sintéticas al tratarse de una planta que no recibe ningún tratamiento en el laboratorio.
Durante el encuentro mantenido con el Diari ninguno de los componentes consumió alcohol para no acrecentar los efectos de la marihuana y consumirla de forma natural.
Visto en Diari de Tarragona.com